Aunque no lo parece, sí lo es. Bueno sería que alguien aclarara por qué en estos benditos lares nada se conserva y mucho menos prospera. ¿Se acuerdan de cuando intentaron abrir una estación de esquí en San Glorio y gritaron ¡Nooo…!? Si hay Quijotes en España todos andan por esta tierra que se ha erigido en defensora del medio ambiente del 'mundo mundial', que está muy bien, nadie lo duda, pero es de temer que la eliminación de toda molestia personal sea prioritaria. Por ejemplo, hay térmicas que se reactivan como la de As Pontes con 140.000 Tm. de carbón aunque sea por un arranque excepcional a  tenor del actual auge de los precios y las bajadas de temperaturas y ahí está dispuesta a paliar en lo posible las necesidades actuales. Qué diferencia con las prisas de derribo de la de Velilla. Y visto el efecto pandemia, que se ha llevado por delante 3.000 empresas en CyL con el agravante de que las que quedan medianas o pequeñas sigan sus pasos si no hay unión política, no hace falta ir a Salamanca para saber que del tener al no tener es pobreza absoluta y el declive de una zona que pasa a ser un barrio de la ciudad colindante que no es precisamente la nuestra.  
No haber defendido una nueva vida a la térmica de Velilla con un final feliz para las generaciones venideras lo dice todo. Qué pocos proyectos de futuro hay que introduzca un algo de esperanza. La política exige tener  un campo de miras más amplio e insta a trabajar por la gente que representan; que la oposición no esté eternamente anclada y juntos trabajen con sentido común. Esta provincia tiene gente muy buena que propone proyectos nuevos o de continuidad que se pierden por exceso de papeleo o se los tumban. Si Palencia no está unida en una dimensión social con la voluntad de todos, se quedará atrás. 
El caso es que reconocen lo que pasa, pero cuando llega la hora de la verdad deciden lo contrario y si te atreves a decir, por qué actúan así (sea el tema que sea)  responden, sin rubor alguno, que la política es así. No, señores, eso no es buena política, es sumisión por un sueldo haciendo la puñeta a tus paisanos a los que hundes, en tanto tú quedas de pie y lo sabes.