De dónde venimos, hacia dónde vamos, cuál es el secreto antienvejecimiento de Jordi Hurtado… y otras cuantas y variadas cuestiones son las que devanan los sesos de pensadores, estudiosos y curiosones a lo largo y ancho de la geografía terráquea y de la línea temporal de existencia de la humanidad. Cambiarán las tendencias en lo subjetivo y en los escritos deberá resguardarse lo objetivo como salvaguarda del saber y las tradiciones para justificar determinadas evoluciones, desechar tantas y divulgar excelencias a propios y extraños, lejanos y cercanos. Y a todo quisqui. Y al efecto, y en múltiples y diversas disciplinas, han venido naciendo entidades que se preocupan por el amparo y difusión de tales manantiales de sabiduría. En este sentido, la gastronomía, indefectiblemente vinculada a la hostelería, temática primigenia de esta quincenal, es una materia que ha unido, aunado y juntado en torno a las mesas, las barras y los platos más que cualquier religión, afición o política, porque su misión última y necesaria es el disfrute, y comer y beber, siendo imprescindibles, han trascendido al estadio de experiencia y recuerdo. La Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía nace al amparo de la Real, sí Real, Academia de Gastronomía de España. Voy a tomarme la licencia estricta de parafrasear, con puntos y comas, sus objetivos como ente para que nada se quede en el tintero. A saber. «Esta Academia investigará, defenderá y promoverá las actividades gastronómicas propias de Castilla y León. Divulgará las excelencias de la gastronomía castellana y leonesa, y propiciará su estima y expansión. Cuidará de la pureza de las tradiciones gastronómicas de la región y dará a conocer, en España y en el mundo, las características y aspectos más relevantes de su gastronomía». Con orgullo, compromiso y alegría les comunico, queridos lectores, que el que les escribe estas líneas cada quincena, un servidor, ha entrado a formar parte de la misma como académico tras aprobación de historia curricular y pertinente votación posterior en Junta General Ordinaria y Extraordinaria. Me comprometo ante ustedes, también desde esta periódica epístola, a contribuir a dichas metas con rigor, profesionalidad y ahínco. Larga vida a la Academia. Larga vida a nuestra gastronomía. Gracias.