Si bien en los hogares estamos acostumbrados a comer las 'sobras' de lo cocinado para las celebraciones familiares de los días 24 y 25, este año estará siendo especialmente acusada esta circunstancia.
La obligada prudencia o los casos de contagios a nuestro alrededor han obligado a que muchos hayamos cancelado estos reencuentros, con la comida ya comprada y las neveras llenas, quedándonos con las ganas de juntarnos con nuestros familiares, máxime en el caso de los anfitriones, que siempre queremos agasajar a nuestros invitados.
Así que, poco a poco, vamos dando cuenta de aquellos alimentos más perecederos que no hemos podido meter en el congelador por falta de espacio, y lo que en un principio habíamos comprado para ser consumido por 10, 12, 14 o más personas… lo vamos haciendo en estos días entre los componentes del núcleo familiar, mucho más reducido.
Afortunadamente, hoy en día técnicas como la cocción a bajas temperaturas al vacío, nos permiten una mejor dosificación de los tiempos de cocinado y una mejor y más longeva conservación de los alimentos antes y después de su preparación, dando más días o incluso semanas de vida en perfecto estado a muchas preparaciones. En algunas casas hay equipamientos que casi asemejan las cocinas de esos hogares a las profesionales; placas de inducción, tepanyakis, robots de cocina, arroceras, amasadoras, panificadoras, hornos de convención o de vapor, envasadoras al vacío, termostatos para cocina a baja temperatura, raclettes, parrillas… y por supuesto ollas exprés, woks y sartenes de lo más moderno… auténticos despliegues de tecnología que se acumulan en los armarios y la mayoría de ellos se utilizan en muy contadas ocasiones. Así que ahora toca darle a la imaginación para que no nos resulte repetitiva o monótona la ingesta continua de los mismos ingredientes, y a lo largo de estos días darle salida a todo.
En nuestro caso, vamos dando cuenta de verduras como el pak choi, setas, atún… compradas pensando en una comida de 16 personas, y poco a poco, cada día de una manera distinta, estamos logrando el gran objetivo, que no es otro que tener desperdicio cero, es decir, que no se nos ponga malo nada. En nuestra casa lo vamos a conseguir. ¿Y en la suya?
¡Feliz 2022!