José Javier Terán

El rincón palentino

José Javier Terán


Para San Isidro

10/05/2023

Estamos a punto ya de llegar al 15 de mayo, este próximo lunes sin ir más lejos, y celebrar de nuevo un año más -según sitios y costumbres- la festividad de San Isidro Labrador, el patrono del mundo agrario, de los trabajadores del campo.
Pero este año, deseando más fervientemente que nunca que el santo patrono, erigido como protector máximo de nuestros campos, obre el súper milagro –en esta ocasión con más contundencia que en otras- y nos traiga el agua tan necesaria para el día a día de todos nosotros y para el normal desarrollo de nuestros labrantíos, de 'nuestras tierras de pan llevar', que dijera el poeta.
Que si otros años, pedíamos al santo que intercediese por nosotros enviándonos el acostumbrado agua de mayo, siempre tan necesaria para el crecimiento de nuestros sembrados en esta parte final de su ciclo evolutivo camino de su madurez, y hasta nos producía cierta desazón el que el propio 15 de mayo estuviese pasado por agua; este año, como la petición es unánime en el sentido de impetrar la lluvia de manera obligada al ciento por ciento, sería un placer que esta apareciese por estos lares hasta incluso el propio día de la fiesta.
Que ya nos las apañaríamos para honrar nosotros a San Isidro de la mejor manera posible, y rezarle, cantarle, aplaudirle, alabarle; y hasta jalearle, danzarle y bailarle como en sus mejores tiempos; o quizás más aún.
Porque la verdad que lo tiene difícil este año el santo para traernos la tan esperada, deseada y hasta reclamada lluvia con mil y una rogativas por esos campos de Dios en cientos de pueblos y lugares de culto.
Que pocos años como éste, hemos llegado a estas alturas del calendario con los sembrados en tan malas condiciones, la producción de frutas, hortalizas y productos similares bajo mínimos o incluso perdidos en un alto porcentaje.  
Y, además, para más inri, con las reservas de nuestros pantanos bajo mínimos, que obligará a las restricciones en el consumo de agua de las personas e imposibilitará el aporte del líquido elemento a los campos de regadío.
Triste y difícil San Isidro, el de este año, si la lluvia no hace acto de presencia en abundancia.