73 árboles se talarán en la reforma de Jardinillos

Carlos H. Sanz
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El objetivo es mejorar la visibilidad y seguridad. Uno de cada cuatro ejemplares retirados serán ciruelos-cerezos

73 árboles se talarán en la reforma de Jardinillos - Foto: EVA GARRfIDO

La reforma y rehabilitación del parque de Los Jardinillos conllevará la retirada de un total de 73 árboles pertenecientes a 13 especies diferentes, según consta en el informe sobre el arbolado de esta zona verde que se incluye el proyecto.

Pese a que la cifra puede parecer elevada, debe tenerse en cuenta que la densidad del arbolado en este parque «es claramente excesiva», en opinión del ingeniero técnico forestal y del biólogo de la empresa Estudios y Proyectos en Línea que han llevado a cabo dicho trabajo.

De esta forma, los árboles que proponen retirar del parque son 29 ciruelos-cerezos, 11 álamos blancos, 8 pinos piñoneros, 6 plátanos de sombra, 4 pinos laricios y 3 castaños de indias.

También seis ejemplares de cedros: dos de incienso, dos del atlas y dos del himalaya, así como dos laurel-cerezos; y un ejemplar de abeto rojo, una acacia de tres espinas, un albaricoquero y un ciprés de Arizona.

«En el estado actual, tanto el desarrollo como el estado sanitario del arbolado se ven completamente condicionados por la espesura. Por otra parte, la sensación transmitida a los viandantes que transitan por el parque puede calificarse como opresiva, debido a la pobreza de los fondos escénicos propiciada por la densidad del arbolado», aseguran los técnicos en sus conclusiones.

Aunque 73 árboles pueden parecer muchos, hay que destacar que Los Jardinillos cuentan con una densa cobertura vegetal, constituida por casi 900 pies de árboles y arbustos de unas 30 especies diferentes.

Además, los técnicos recomiendan transplantar los tres ejemplares de palmera excelsa ubicados en la glorieta de la plaza de León a otro lugar más adecuado dentro del parque, ya que este elemento desaparecerá cuando se lleve a cabo el proyecto de unión del parque con el casco antiguo.

Justificación. Todos y cada uno de los árboles propuestos para su retirada tienen en el informe un apartado en el que los técnicos explican, además de su características -nombre, especie, altura y diámetro- la justificación para proceder a su apeo y retirada.

Para llevarlo a cabo, Estudios y Proyectos en Línea ha realizado un trabajo de campo consistente en la evaluación de todos los árboles y arbustos existentes en el parque, pie a pie, bajo criterios estrictamente estéticos. 

En concreto, se han evaluado parámetros como la copa del árbol, el aspecto del tronco, la densidad y aspecto del follaje, el porte, la densidad o la proximidad a construcciones y mobiliario urbano. 

No obstante, el informe no incluye una evaluación específica de riesgos estructurales derivados de la posible caída de árboles o ramas por el viento, u otros factores que consideran de difícil previsión.

Aunque los técnicos que han realizado el informe, consideran que incluso con las talas propuestas el parque dispone de una sobrada cobertura arbórea y que, por lo tanto, no es necesario plantar más árboles ni arbustos, sí aclaran que si se tuviera que hacer, bien por los requerimientos de la remodelación proyectada, bien porque fuera preciso sustituir alguno de los pies señalados tras su retirada, recomiendan aportar por dos especies.

Una es el almez, un árbol adecuado para espacios no muy grandes que necesiten sombra, por ejemplo en la zona del parque infantil, donde se propone suprimir dos castaños de indias, o en nuevas alineaciones sustituyendo a los plátanos. «Es una especie autóctona de Castilla y León, caducifolio, de crecimiento moderadamente rápido y con una copa regular cuya forma se mantiene fácilmente a lo largo del tiempo, además de ser poco exigente en suelo y necesidades hídricas», explican.

El otro es el liquidambar, un árbol exótico cada vez más empleado en jardinería por su capacidad para adaptarse a suelos compactos y secos. «Su crecimiento moderado le permite desarrollar un porte muy regular y mantenerlo en el tiempo sin apenas necesidad de podas», recomiendan los técnicos, que destacan que «no suele crear grandes ramas que puedan presentar peligro de caída, y conforma una copa alargada, apropiada para un parque ya muy poblado, además de ofrecer un espectacular colorido en otoño».

Finalmente, cabe destacar que de los 3,2 millones de euros que cuesta el proyecto de remodelación del parque, un total de 81.800 euros -el 3,77% del presupuesto global- se invertirán en los trabajos de jardinería.

 

Los céspedes y parterres, un reto a tener en cuenta

En la nueva configuración del parque de Los Jardinillos se plantea la utilización de diferentes especies herbáceas que van a suponer un reto, ya que los céspedes van a estar sometidos a condiciones de sombra mientras que algunos parterres presentan numerosas raíces superficiales que se enmarañan con las de árboles. 

El informe recomienda elegir variedades que soporten cierto grado de sombra, así como el uso de flores como petunias, violas, begonias, surfinias y portulacas. También recomiendan huir de las hiedras y las parras. 

 

INAUGURACIÓN. El parque urbano de Los Jardinillos de la Estación fue inaugurado en 1875 y desde entonces ha sido objeto de varias remodelaciones. De hecho, es poco probable que sobreviva alguno de los árboles plantados en el origen del parque, aunque sí se conservan algunos cedros de grandes dimensiones que podrían corresponder a alguna de las primeras remodelaciones del mismo, como la que tuvo lugar en 1925. Con motivo de la inminente remodelación del parque planteada por el estudio Contextos de Arquitectura y Urbanismo, que fue el ganador del concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento, se encargó un informe cuya finalidad es «contribuir a la toma de decisiones en cuanto a la adecuación del arbolado existente a los nuevos planteamientos estéticos y funcionales del mismo, así como a la elección de nuevas especies». La conclusión a la que llega el informe es que, en la actualidad, buena parte del arbolado de Los Jardinillos «solo sirve para saturar el espacio existente entre los viales interiores, transmitiendo cierta sensación de abandono y compartimentando casi completamente los diferentes espacios peatonales que conforman el parque». «Las pequeñas dimensiones del mismo impiden que esta característica proporcione al transeúnte una estética de jardín romántico, al estilo, por ejemplo, del Campo Grande de Valladolid, en el que el aparente caos vegetal constituye precisamente su mayor atractivo», finaliza.