Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


La Geperudeta

17/05/2022

El segundo domingo de mayo se festeja la patrona de Valencia, la Virgen  jorobada de los desamparados, La Geperudeta, imagen que por estar inclinada alguien llamó cariñosamente 'cheposilla'. 
Para honrarla se fija un enorme tapiz de flores colgado de la fachada de la Basílica de Nuestra Señora, cerca del antiguo Hospital de Orates, locos acogidos por San Vicente Ferrer. El encargado durante muchos años de hacer esta obra artística era Don Enrique Ginesta, catedrático de descriptiva de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y profesor mío de Análisis de Formas.  
Me llevó con él a preparar el dibujo en un suelo de dos aulas y un pasillo.  Dibujábamos en papel de estraza con carboncillo fijado a un palo de escoba y don Enrique, desde un andamio de tres alturas, nos corregía: «Esa pierna debe tener más fuerza, que apoye más. Luego levantábamos el trabajo y cuadriculándolo lo pasábamos al lugar definitivo.
Eligió para modelo una barca que salía de mar, arrastrada por dos grupos de hombres esforzados, presidía en lo alto de la chalupa la Virgen. Era una composición clásica de esmerado dibujo que luego se cubriría de planos con los colores naturales que ofrecían las flores sin teñir. El profe rellenaba el dibujo como si pintara al óleo. Una gran obra.
La experiencia me resultó muy interesante. Y nos aconsejó que nunca eligiéramos de composición una obra abstracta. Al año siguiente mi profesor enfermó y encargaron la obra a dos alumnos suyos que rápido hicieron lo que Don Enrique no deseaba. Líneas, masas de color… abstracción. El tapiz resultó poco menos que un desastre. La gente no lo entendió.
Este año 2022 se ha modificado la obra por la Alcaldía socialista, que como no encuentra base ideológica en la antigua lucha de clases, dispara contra el machismo… la religión y la fiesta, colocando como imagen de la Virgen un póster que parece un calendario de bolsillo. El pueblo valenciano, apegado a sus costumbres, lo ha criticado hasta hartar. 
Todo lo destrozan, dice la gente, con tal de fabricar luchas que justifiquen su ideología. Pero de dónde viene ese ánimo destructivo, ¿por qué será así? No me contesten, sé la respuesta.