El megaplán de carreteras del Gobierno incluye la A-73

DP
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El Plan Extraordinario de Inversiones, que contempla concesiones privadas para acelerar las obras a cambio de un peaje en sombra, llevaba olvidado tres años

El megaplán de carreteras del Gobierno incluye la A-73

El día 12 de mayo de 2018, el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, presentaba en Burgos una enorme inversión de 534 millones de euros para acelerar la autovía A73 y convertirla en una carretera en concesión, bajo la fórmula conocida como «peaje en sombra». Se trataba de sacar a concurso la construcción de los tramos que quedan y la explotación de toda la vía a lo largo de los siguientes 30 años. Las adjudicatarias tendrían que espabilar, porque solo empezarían a cobrar cuando estuviera terminada. Un trienio después, y tras superar el letargo provocado por el cambio de color político del Gobierno, el departamento que ahora dirige José Luis Ábalos ha desempolvado la filosofía de lo que entonces se bautizó como Plan Extraordinario de Inversión (PIC), que incluía otras actuaciones a lo largo de la geografía española y con el que ya se frotan las manos las grandes constructoras de infraestructuras.

El primer impulso se lo ha llevado un tramo de la autovía A-7, concretamente entre Crevillente y Murcia, En concreto se trata de construir casi 40 kilómetros, por valor de 200 millones de euros, a cambio del mantenimiento a lo largo de los 25 años de periodo concesional, «dado el deterioro que se irá produciendo con el paso del tiempo en las obras ejecutadas».

El mecanismo previsto de retribución al concesionario «consiste en un canon mensual por la prestación del servicio, variable en función de la utilización de la carretera por los usuarios, la seguridad vial, la disponibilidad ofrecida por el concesionario y el porcentaje de la inversión realizada que se encuentre en servicio». Pero más allá de este tramo, la prensa económica nacional ya ha apuntado a la existencia de otras infraestructuras muy avanzadas para su licitación mediante esta fórmula de colaboración público-privada, y entre ellas citan otras en Murcia, en Castellón y a la autovía Burgos-Aguilar.

El megaplán de carreteras del Gobierno incluye la A-73El megaplán de carreteras del Gobierno incluye la A-73 - Foto: Jesús J. Matías

Todos ellos podrían sumar 5.000 millones de euros y 2.000 kilómetros de redes viarias de alta capacidad. En su visita a Burgos de este jueves, Ábalos no realizó ningún anuncio sobre el PIC, pero desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, al ser preguntados por el futuro de la A-73 en relación a este megaplán de carreteras, responden que «se irán estudiando las actuaciones que se puedan incluir dentro de los mecanismos de colaboración público-privado que puedan establecerse».

Es evidente que la puerta vuelve a estar abierta, después de meses de reticencias en el Gobierno respecto a esta fórmula que recuerda a la empleada para la gran remodelación de la A-1 que tuvo lugar entre 2010 y 2012. A falta de conocer cuáles serían las nuevas condiciones del macroplán de carreteras de Transportes, si se mantiene el plazo de concesión durante 25 años al que apunta la licitación de Murcia supondría una reducción de cinco años respecto a lo que en su día presentó De la Serna para la Burgos-Aguilar. Entonces decía que los casi 550 millones previstos suponían «la segunda mayor inversión que vayamos a hacer en el país» en muchos años, un gasto «extrapresupuestario» sin el cual, según reconoció, el Ministerio sería incapaz de abordarlo en el corto plazo.

FRENAZO. De hecho, desde entonces no ha habido avances reseñables. Está a punto de concluir la obra del Pedrosa de Valdelucio-Báscones de Valdivia, que ya estaba en ejecución en la primavera de 2018, pero los otros tres que estaban en fase de preparación siguen parecidos y no tienen previsto que se pongan las máquinas a trabajar a corto plazo. De aplicarle la fórmula de la concesión, la empresa adjudicataria retomaría los trabajos de redacción de los proyectos en el momento en el que están ahora y, a buen seguro, que le darían un buen impulso pues ellas serían las primeras interesadas en abrir al tráfico la vía cuanto antes, para empezar a cobrar. La alcaldesa de Aguilar y procuradora autonómica del PP, María José Ortega, explicó ayer a DP que el pasado miércoles recordó en Madrid, en la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la necesidad prioritaria que supone la A-73 para el futuro de la comarca aguilarense y la Montaña Palentina. «Hemos planteado que no se puede seguir con la desidia actual de las obras. Nos dijeron que habrá unas modificaciones mínimas en el proyecto, ya que no tiene sentido que se trabaje en otros tramos antes que los que conectan Aguilar con el límite Burgos y los accesos de zonas industriales y urbanas. Hemos llevado cartas de los empresarios del polígono de Aguilar con la petición unánime de agilizar una infraestructura viaria clave en el futuro de muchas empresas«, específicó.

El único tramo en obras ya está al 75% de ejecución

El fragmento de la futura autovía situado en el límite con Palencia sigue avanzando, mientras el Quintanaortuño-Montorio, cuya DIA caduca en diciembre, trabaja en «ajustes» para su conexión con la carretera nacional. Por el momento, la única certeza en el futuro inmediato de la nueva conexión rápida entre la meseta y Cantabria está en el límite entre las provincias de Burgos y Palencia. Allí, concretamente entre las localidades de Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia, las máquinas siguen trabajando y avanzan poco a poco con los remates finales, aunque todavía les quedan meses de trabajos. En concreto, según las cifras facilitadas por el Ministerio de Transportes, el grado de ejecución actual es del 73% de un presupuesto total de 50 millones de euros. En enero el porcentaje era del 67% y desde entonces los avances más visibles son la preparación del enlace con la N-627 en las inmediaciones de Mundilla, donde arranca el tramo, y la colocación de la barrera de seguridad cerca de Fuencaliente de Lucio. La fecha oficial de conclusión de los trabajos está situada en el mes de septiembre, aunque este mismo jueves, durante su última visita a Burgos, el ministro José Luis Ábalos habló del «último trimestre» como momento para la inauguración. No será posible, en todo caso, disfrutar de sus 12 kilómetros de autovía este verano, cosa que a buen seguro lamentarán los miles de burgaleses y cántabros que se desplazan por ella en vacaciones. Cuando se estrene, la autovía Burgos-Aguilar sumará su segundo tramo en servicio tras el Quintanilla Vivar-Quintaortuño que lleva años abierto. Del resto, el más avanzado es el Quintanaortuño-Montorio, que superó el pasado verano la fase de información pública. Dicen desde el Ministerio de Transportes que «se está trabajando en algunos ajustes del mismo en lo referente a la conexión provisional del tramo con el siguiente tramo de la N627, previos a su aprobación», aunque se desconocen los plazos al respecto. AMENAZA DE CADUCIDAD. Además, según figura la ficha publicada en la página del Ministerio de Transición Ecológica, su declaración de impacto ambiental caduca el Día de los Inocentes (28 de diciembre) de este mismo año, al cumplirse cuatro años desde su publicación en el BOE. Si el Gobierno no quiere enfrentarse a la broma pesada de tener que reiniciar la DIA, siempre engorrosa, deberá espabilar con los trámites y acelerar la licitación las obras, presupuestadas en más de 90 millones de euros. El resto de tramos, que van de Montorio a Santa Cruz del Tozo y de esta última a Pedrosa de Valdelucio, «requieren actualización de los proyectos», siempre según fuentes oficiales del Ministerio. Si todos ellos se incluyen en esa concesión público-privada similar a la que se previó hace tres años, a buen seguro que vivirían una aceleración importante.