Regreso al paraíso de la barra y el ocio nocturno

J. Benito Iglesias
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Dos parejas de hermanos que se asociaron e invirtieron semanas antes de la pandemia en el bar de copas Sócial recobran el aliento después de estar abiertos solo un mes en año y medio

Regreso al paraíso de la barra y el ocio nocturno - Foto: Sara Muniosguren

La apuesta emprendedora un mes antes de la pandemia, en febrero de 2020, con la creación de una sociedad formada por dos parejas de hermanos para gestionar con una nueva dirección el bar Sócial, se ha hecho realidad. Atrás han quedado como en una larga carrera de obstáculos, sucesivas restricciones, cierres y, sobre todo, muchos gastos fijos y la amortización de la inversión de reforma con nueva imagen y la insonorización del local, que estaban ultimando cuando llegó el implacable virus. 

Nacho y Álvaro Revuelta, junto a Iván y Roberto Trespalacios, han podido cumplir hace escasos días su sueño de empezar a imprimir ritmo a un negocio de ocio nocturno que llevaban mucho tiempo planificando. En año y medio solo han podido abrir menos de un mes ya que -tras relajar la Junta las medidas sanitaria- los bares de copas y discotecas volvieron a entrar en el tenebroso túnel de la clausura de negocios.

«Nuestra idea era inaugurar en marzo de 2020 y llegó el Covid-19 para paralizarlo todo. Luego, cuando pudimos subir la persiana en julio de este año, hubo mucha clientela y el fin de semana trabajamos bien pero al aumentar  los contagios, por una cuestión de responsabilidad y antes de aplicarse las nueva limitaciones sanitarias al ocio nocturno, decidimos cerrar», explica a DP Iván Trespalacios, uno de los cuatro socios.

Regreso al paraíso de la barra y el ocio nocturnoRegreso al paraíso de la barra y el ocio nocturno - Foto: Sara MuniosgurenCon el negocio parado, los propietarios -tres de los vinculados a este sector en otros negocios y el cuarto a una empresa de pinturas de interior- lucharon con los imponderables de la calle peatonal donde se ubican, Alfonso VIII, por el escaso espacio para instalar terrazas. «Primero se intentó en 2020 que cerraran la calle los fines de semana y así poder colocar unas mesas pero fue imposible. Ya en 2021 llegó la autorización del Ayuntamiento, pero al tener un  bar a un lado y un portal al otro, solo nos concedían poner una mesa en función de los metros de fachada. Eso no nos aportaba lo suficiente para poder afrontar los gastos que tiene un local de este tipo, dado que lo que la gente quiere en verano es terraza y sin ella no había  negocio», lamenta.

Sin perder la ilusión, pero con la cabeza sobre los hombros y otras dedicaciones profesionales para tener un colchón económico, la lucha prosiguió con las escasas ayudas publicas que han lastrado el sector, con el cierre de cientos de bares musicales, pubs y discotecas en todo el país. 

«El Ayuntamiento nos ha dado 800 euros para compensar el no poder contar con terraza y poco más hubo. En junio, para empezar a trabajar tuvimos que dar de alta Internet, asumir los seguros sociales de los contratos realizados para solo un mes de trabajo, y además habíamos retomado el alquiler tras la moratoria que nos concedió el dueño», apunta Iván Trespalacios a modo de resumen de un lago calvario solo superado con una proverbial paciencia y muchas ganas de materializar una vocación hostelera a prueba de bombas.

El optimismo, nunca perdido, ha regresado al semblante de los cuatro propietarios del bar Sócial, que quieren tener un sitio dentro del ocio nocturno. «Han pasado las fiestas de muchos pueblos y capitales de la Comunidad, los contagios no se han disparado y la mayor parte de la gente está vacunada. Confiamos en que se nos deje trabajar una temporadita larga y ojalá no se tuerza nada, dado que la hostelería ha sido la primera en padecer cierres y las ayudas han llegado con cuentagotas. Tenemos mucha confianza en la zona en la que nos ubicamos al tratarse de una calle peatonal y contamos con un local grande, que hemos decorad con gusto y lo hemos dejado bonito. La aceptación de la gente es muy buena, aunque abrimos de momento viernes y sábados», concluye el hostelero.