Los diez lugares de Cristina Zapatero: "Una decena de casas"

César Ceinos
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La periodista destaca lugares que recuerda con especial interés

Cristina Zapatero, en Ampudia, uno de sus diez lugares destacados de la provincia. - Foto: Hache Blanco

TRAYECTORIA: Graduada en Periodismo, realizó prácticas en Diario Palentino y La 8 Palencia. Además, cursó un Máster en Investigación de la Comunicación como agente histórico-social y un posgrado en Igualdad de Género. Actualmente se encuentra realizando su tesis. Analiza la imagen que se daba de hombres y mujeres en series de televisión durante los primeros años de la democracia, como Cañas y barro o Verano azul, Anillos de oro.

AFICIONES: Le gusta el cine en versión original, los conciertos y el crossfit.

Los diez lugares de Cristina Zapatero, periodista e investigadora en estudios de género

1. Cisneros.  «El pueblo de mi padre y, por extensión, también el mío, diga lo que diga la partida de nacimiento o el DNI. Cisneros es esos días eternos de verano en los que parece que nunca se va a hacer de noche, un columpio improvisado en el corral y, en septiembre, parada obligada para oír el paloteo, ir de romería o acabar la verbena en la cuesta del Pajarón».

2. Colegio Ramón Carande. «Si Cisneros es casa, este centro público siempre será mi primer cole. Situado en San Telmo, se construyó tan a las afueras que solían contar que, en sus inicios, estaba rodeado de huertas. La ciudad ha crecido tanto que la zona está irreconocible. El propio colegio ha cambiado de distribución, pero cómo olvidar los recreos en el patio aún sin murales o las amigas que lo siguen siendo más de veinte años después».

3. Barrio del Campo de la Juventud.  «Con su pequeño comercio, sus cafeterías, sus parques o incluso su iglesia de ladrillo para un santo obrero, este recorrido por Palencia y provincia no estaría completo sin detenerse un momento aquí. Costumbrismo aparte, es uno de los barrios más grandes de la ciudad, aunque quienes hemos crecido en él sabemos que también es de los más acogedores y dinámicos. Mención aparte merece el colegio Santo Domingo de Guzmán, donde pasamos no pocas horas y también muchos buenos ratos».

4. Escuela Oficial de Idiomas de Palencia.  «Aunque se pueda englobar dentro del propio barrio, la Escuela Oficial de Idiomas merecía un lugar propio en esta lista: más de diez años estando allí prácticamente todas las tardes, incontables fiestas de Navidad, semanas culturales, cenas de grupo y cafés rápidos antes de algún examen en el que, seguro, meteríamos la pata y nos reiríamos al salir. Quién iba a decir que esta escuela, donde iba prácticamente obligada a los 14 años, se ha acabado convirtiendo en una segunda casa».

5. Allende el Río. «Hablando de lugares que han acabado siendo casa, no podía faltar mi barrio por derecho propio. Con el encanto entre anacrónico y acogedor de un pueblo convertido en parte de la ciudad, es todo un enclave estratégico: está a diez minutos del centro y todavía más cerca de uno de los principales pulmones de Palencia capital, el parque del Sotillo. Tenemos bares (pocos), naranjas (muchas) y zonas verdes (por suerte, también muchas), así como acceso privilegiado al canal y a una de sus esclusas. ¿Qué más se puede pedir?».

6. Ampudia.  «Es ese lugar en el que siempre pasa algo que da pie a anécdotas para recordar durante años. En más de una ocasión he calculado mal el camino; otra vez, de prácticas, nos dejamos la batería de una cámara en Palencia y hubo que volver a por ella. Me he perdido (y me he encontrado) de camino allí... pero tanto el pueblo como su castillo merecen una visita, aunque falle el GPS o te salte por sorpresa la reserva del coche».

7. Triollo.  «En general, toda la Montaña Palentina es siempre una referencia obligada, pero este pequeño pueblo tiene algo especial. Tal vez sea su cercanía a los principales picos de la zona, los muretes de piedra de las casas que dan a la carretera o los atardeceres eternos que se ven entre las cumbres y que hacen que Triollo sea uno de los puntos más bonitos de la provincia».

8. Espigüete.  «En ocasiones se habla de este pico como el K2 de la Montaña Palentina y, desde mi poca experiencia, solo puedo decir que es totalmente cierto. Creo que nunca había sufrido tanto a nivel físico y que nunca me había alegrado tantísimo de llegar a la cascada de Mazobre y pisar suelo llano, pero, como me dijeron ese mismo día: hay dos tipos de personas en el mundo, las que han subido el Espigüete y las que no, y no hay duda de que es uno de los tesoros de la zona norte».

9. Lebanza.  «Aunque de la primera excursión solo recuerdo unos filetes empanados y que mi madre se hizo daño en una rodilla, con los años esas historias y bastantes más pasaron a formar parte de la mitología familiar e hicieron que la subida a la Pica y la Repica se repitiera en varias ocasiones. La última, que incluyó una parada en el mirador de Piedrasluengas y una tormenta de verano, es uno de esos días que volvería a vivir una y otra vez».

10. Calle Mayor, 52.   «No podía acabar esta lista sin incluir otro lugar que fue mucho más importante de lo que esperaba: tres veranos y medio curso más de prácticas a caballo entre DP y La 8 Palencia, y unas Navidades a modo de tiempo de descuento; un montón de tomas repetidas y de páginas con tachones en rojo hasta que llegó el primer reportaje que salió bien... Si esta lista empezaba con lugares que son casa, acaba exactamente de la misma manera: estos medios de comunicación, en cierta manera, ya no ha dejado nunca de ser, también, casa.