Okupación en bloque en plaza de España

Carlos H. Sanz
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Tres de los pisos pertenecen a Edifica Palencia, que denuncia la «indefensión» de los propietarios. La situación se remonta a hace dos meses, aunque la última okupación se produjo en ferias

Okupación en bloque en plaza de España - Foto: Óscar Navarro

No es una sino cuatro las viviendas okupadas en el edificio número 2 de la plaza de España. Una situación que se hacía pública en la jornada de ayer pero que comenzó hace casi dos meses, cuando irrumpieron en el inmueble tres familias, a las que se ha sumado una cuarta durante estas fiestas de San Antolín.

El edificio consta de un total de 8 viviendas y dos locales, que pertenecen a un total de cinco propietarios. Salvo los bajos comerciales, el inmueble estaba vacío desde hace tiempo porque no reunía las condiciones de habitabilidad, de ahí que iba a ser reformado y rehabilitado o demolido. 

Así lo explica el portavoz de la sociedad Edifica Palencia, propietaria de cinco viviendas y uno de los locales. Tres de ellas han sido ocupadas, mientras que la casa en la que ha entrado la cuarta familia pertenece a otro propietario particular. En concreto, los okupas se han asentado en las viviendas del segundo y tercer piso.

Okupación en bloque en plaza de EspañaOkupación en bloque en plaza de España - Foto: Óscar Navarroindefensión. «Es la primera vez que nos enfrentamos a una situación como esta. Estamos muy preocupados y disgustados, ya que nos vemos indefensos. Hemos avisado a la Policía, que ha levantado un atestado y les ha identificado, pero ahí se ha quedado el asunto», explican desde Edifica Palencia.

«Estos señores entraron con violencia en las viviendas, rompieron las puertas y las cambiaron, pero no podemos hacer nada. A esto hay que sumar el hecho de que hay situaciones tremendas de peligro, porque se han conectado al suministro eléctrico sin ningún tipo de contador, contrato, boletín o seguridad», detalla el representante de esta sociedad palentina.

Todas las puertas a las que han llamado para solucionar esta situación, continúa, están cerradas. «La conexión a la red eléctrica se lo ha hecho un instalador ilegal. Si cualquier persona normal hace eso se mete en un lío tremendo, pero Iberdrola ni lo denuncia ni lo bloquea», añade.

«Si hay gente que necesita una vivienda, debe ser el Estado el que les ayude. No tienen por qué actuar de manera violenta y que los ciudadanos sufran esta situación. Sufrimos una gran indefensión», insiste, aunque asegura que no va a actuar cómo sí han hecho otros propietarios, con el caso reciente de Murcia.

Más allá de lo que supone ver sus viviendas ocupadas, Edifica Palencia asegura que esta situación «también supone un trastorno tremendo para la ciudad por lo que supone de retraso en rehabilitación o construcción de bloques». 

«Con el edificio ocupado no se puede iniciar obra alguna ni demoler. Los propietarios no van a poder alquilar o vender su propiedad si lo desean. Además, puede suponer un foco de peligro para el barrio, ya que es habitual que las viviendas ocupadas se destinen a actividades ilícitas, riesgo que se amplía al estar las fincas ocupadas enfrente de un colegio», declara.

«sin más remedio». En declaraciones a este periódico, una de las familias ha explicado su situación y qué les ha movido a entrar en viviendas ajenas. «Estamos cuatro familias, todas palentinas. Dos familias tenemos un hijo y otro en camino, en otra hay cuatro menores y en la cuarta, otros dos», describe.

Esta persona, que prefiere mantener su anonimato, asegura que «ojalá les hubiesen alquilado un piso» para evitar dar este paso. «Miré muchos y estábamos inscritos en la Junta para acceder a un piso de protección, pero no ha habido manera», detalla sobre el caso de su familia.

«Vivíamos con mis suegros pero no podíamos estar con dos niños en una habitación metidos, a que ellos también tienen otro hijo. Por eso, tomamos la decisión de hacer algo, no podíamos estar así, de ahí que entramos en estas viviendas», reconoce.

«Nosotros no hemos abierto las viviendas, fue chico, al que pagamos, quien nos dijo que había un edificio abandonado desde hacía muchos años y nos abrió las viviendas. Empezamos a venir a limpiar, poco a poco, hasta que estuvo limpio y pudimos entrar», añade.

De eso hace dos meses y, por ahora, no se plantean cambiar. «En cuanto tengamos una solución y un sitio donde vivir, nos iremos», declara.