Editorial

Simón tiene presupuesto, aunque no se acaban los problemas

Diario Palentino
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Ha salvado la cuestión de confianza, pero nadie sabe cuánto puede durar esta paz tan precaria

Los gobiernos sin mayoría absoluta no solo tienen que sortear las complicaciones en el día a día, que suelen verse agravadas cuando se tocan los grandes temas de cada mandato o legislatura, sino que su suerte parece pender siempre de un hilo, ya sea este el de su capacidad negociadora, el del calibre de las concesiones que se vea obligado a hacer o el de la voluntad de los partidos de la oposición. De unos meses a esta parte, el alcalde de Palencia se las ve y se las desea para lidiar con la oposición, cerrada en banda respecto a determinadas cuestiones, como el proyecto presupuestario para este ejercicio de 2022. Se ha acabado el contar con la edil de Vox para sumar su voto a los tres de Cs y a los nueve de su socio de gobierno (PP), como ocurría al inicio del mandato y hasta hace no tanto, cuando incluso tenía responsabilidades en un área municipal, tras permitir en junio de 2019 con su apoyo que él ocupara la alcaldía. De esa manera Mario Simón lograba la mayoría de 13 votos para ir  sacando sus propuestas. 

 Pero la negativa rotunda de Vox a apoyar unas cuentas, que incluyen el cumplimiento de la sentencia desfavorable al Ayuntamiento sobre la calle Jardines, es decir el pago a la Diputación de más de 26 millones de euros -una parte importante este año para ir minorando esa deuda- inclinó la balanza del otro lado, es decir del del PSOE y Ganemos. A la edil de Vox la negociación de la solución para la calle Jardines no le ha parecido seria, además de criticar duramente lo gravosa que va a ser para los palentinos y de sentir que no ha sido escuchada su propuesta de sacarla del presupuesto y que el juez decida cómo afrontar el pago. El alcalde no podía consentir el cerrojazo y planteó la cuestión de confianza, poniendo a Vox entre la espada y la pared: o se abstenía y permitía la aprobación del documento presupuestario, o votaba en contra y cabía la posibilidad de que el gobierno municipal acabara en manos socialistas, no en vano fue el partido que ganó las elecciones en 2019. Y, claro, esto último no podía ser un plato de gusto.

Así las cosas, Simón llevó ayer al pleno extraordinario esa cuestión de confianza y forzó la abstención de Vox, con lo que él fue ratificado y sus presupuestos salieron adelante. Nadie quedó conforme del todo, salvo quizá el propio regidor. Le criticaron unos y otros la maniobra, que por otra parte es una herramienta legal, aunque no se haga demasiado uso de ella, y la edil de Vox le advirtió que todo queda condicionado a que no haya el menor atisbo de ilegalidad en la ejecución de esos presupuestos, que le ofrecen serias dudas, porque si la hubiera los impugnaría. Tras una sesión como esta, en la que la cercanía de 2023 y del fin de la legislatura marca a unos y otros, el equipo de Gobierno respira algo más tranquilo, aunque le espera un arduo trabajo proque no se sabe cuánto le durará la paz.