Vendimia con 10% menos de uva en Cigales y 20% en Arlanza

J. Benito Iglesias
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La calidad, si no se daña por la climatología, está garantizada al no haber problemas fitosanitarios, plagas o enfermedades. La recogida de cosecha en los viñedos se iniciará a últimos de septiembre

Vendimia con 10% menos de uva en Cigales y 20% en Arlanza - Foto: Óscar Navarro

La falta de agua por la pertinaz sequía en lo que va de año y el excesivo calor de los últimos meses influirán sustancialmente en la producción de uva en la provincia. Así lo ponen de manifiesto las bodegas consultadas por DP y, en el caso de la DO Cigales, se prevé recoger un 10 por ciento menos que en 2021, mientras que la DO Arlanza la caída se cifra entre un 20 y un 30 por ciento según el municipio.

Los trabajos de recogida de la cosecha en los viñedos se adelantarán este año por la buena maduración de la uva y se calcula que la vendimia empiece a últimos de septiembre, cuando lo habitual en la provincia es que comience ya entrado el mes de octubre.

«Creemos que va a ser un buen año pese a que la ausencia de lluvia reduce la cosecha. La calidad de la uva, que es bastante más pequeña esta campaña, es muy buena. Al final, la mayor proporción de hollejo es donde está lo aprovechable y eso nos ayudará a elaborar mejores vinos», señala Rubén Montero, propietario y enólogo de Bodegas Señorío de Valdesneros, ubicada en Torquemada.

Vendimia con 10% menos de uva en Cigales y 20% en ArlanzaVendimia con 10% menos de uva en Cigales y 20% en Arlanza - Foto: Óscar NavarroEn sus viñas este año está previsto producir sobre 35.000 kilos frente a los 50.000 de la última cosecha, sobre un 30 por ciento menos, pero adquirirá la uva necesaria para sacar el mercado el mismo número de botellas que a lo largo de 2021. Respecto a las perspectivas de ventas después de la caída derivada de la pandemia del covid y el cierre de la hostelería, se muestra cauto. «El consumo tarda en recuperarse, ha bajado y esperamos que se mantenga en cifras similares a las del pasado año. Los bares del entorno local lo notan y la gente ahora viaja más fuera. Lo que sí ha mejorado es la exportación al reducirse algo los costes y en nuestro caso vendemos un 25 por ciento a otros países», explica, al tiempo que apunta que en sus viñas la vendimia comenzará sobre el 24 de septiembre.

Jaime Primo, propietario de Bodegas Pagos de Negredo, con sede en Palenzuela, vislumbra también un buen año vitivinícola, aunque su producción baje de 120.000 a 95.000 kilos, en torno a un 20 por ciento menos. «Este año vamos a disponer de una uva excelente y eso redundará en unos vinos de gran calidad. Nosotros solemos vendimiar sobre la festividad  del Pilar y, aunque estamos teniendo unos días donde refresca, es muy posible que la última semana de septiembre estemos ya cosechando», dice.

Pagos de Negredo es una marca de la DO Arlanza que tiene ya un hueco en el mercado nacional. «En nuestra bodega apostamos por el orgullo patrio y el querer vender al extranjero es un poco una quimera y está reservado más a grandes grupos y volúmenes de producción. Nuestro público es palentino, de Castilla y León y un poco de Madrid. Trabajamos muy bien y eso es algo muy de agradecer a la capital y provincia», expone.

más azúcar y maduración. Amada de Salas, enóloga y propietaria de la histórica bodega familiar Remigio de Salas Jalón, integrada en la DO Cigales en Dueñas, es optimista con la campaña vitivinícola que empezará a finales de mes. «Hubo calor y pocas lluvias, lo que derivó en una uva de menos tamaño, con más azúcar y una maduración más temprana en nuestro cultivo de secano. El estado sanitario y la calidad del producto es bueno», arguye.

Además, concreta que la producción será en torno a un 10 por ciento menor dependiendo de la circunstancias y se reducirá de forma mínima los cerca de 200.000 kilos de uva que suelen salir de los viñedos eldanenses. «La cantidad de uva final es variable porque hasta que no se acaba la vendimia no se puede saber la cifra aproximada. Todavía quedan unos días para vendimiar y esperamos que el tiempo se comporte bien, por lo que estamos ya poniendo todo a punto  tanto en la bodega como en los viñedos que tenemos», asevera.

Un lustro marcado por los altibajos en las cosechas

Las previsiones de un adelanto en el comienzo de  la campaña vitivinícola en 2022 se han cumplido y buena parte de las bodegas de las distintas denominaciones de origen de Castilla y León prepara ya sus lagares para empezar algo más de una semana antes de lo que lo hicieron el año pasado en las DO Arlanza y Cigales, donde están integrados los productores de uva de la provincia.

En los últimos cinco años los altibajos en la producción han sido evidentes por las condiciones climatológicas. Así, en la campaña de 2017 hubo un descenso respecto al año anterior de un 30%; en 2018 el incremento medio fue de en torno a un 20%; en 2019 la producción se uva se situó en un 20 por ciento menos; en 2020 la influencia de la covid y la previsión de unas menores ventas hizo que las bodegas produjeran por por prudencia un 20 por ciento por debajo de lo normal, mientras que la cantidad de uva cosechada en la vendimia de 2021 se elevó un 25 por ciento.

primero blancos y rosados. Como es habitual, la vendimia comienza con  la recogida de las uvas que van destinadas a la elaboración de blancos y rosados que requieren menos graduación. Posteriormente se recolecta el fruto para la elaboración de los vinos tintos.

 En el caso de la Denominación de Origen Cigales, como señala la directora técnica, Águeda del Val, el estrés hídrico de la presente campaña augura una cosecha más corta que en ediciones anteriores. 

Una primera previsión apunta -en las 1.886 hectáreas inscritas, 296 viticultores y 31 bodegas, una más que el año anterior- a una producción cercana a los 7 millones de kilos de uva, aunque se irá corrigiendo este dato en función del peso del fruto.

El general, según zonas, el viñedo debido a la situación climatológica de este año, «venía con 20 de días de antelación, buen desborre, muy buena floración y formación de fruto, inicialmente esperando una buena cosecha en cuanto a calidad y producción», precisa Águeda del Val. 

Debido a las temperaturas extremas y falta de lluvia durante los meses  de junio, julio y agosto, las uvas tienen un tamaño pequeño pero una gran concentración de sus componentes, destacando la sanidad del producto. Estas circunstancias son propicias para una buena cosecha y la elaboración de vinos de calidad.