«Quiero que la factoría sea la más productiva de España»

César Ceinos
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El presidente de Cascajares asegura un mes después del incendio que este le sirvió «para ver las costuras» de sus trabajadores, que «lloraban de rabia y de impotencia en la puerta de la fábrica por su sentimiento de pertenencia a un proyecto»

Alfonso Jiménez, con la fábrica de Cascajares de fondo el día del incendio. - Foto: Óscar Navarro

La empresa de platos preparados Cascajares, con sede en el polígono eldanense, fue noticia por un lamentable incendio que arrasó sus instalaciones hace exactamente un mes. Esta marca, que comenzó a funcionar en 1994, está encabezada por el vallisoletano -aunque «palentino acogido»- Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila (1972), quien ya ha asegurado que renuncia «a construir la nueva fábrica en otro lugar que no sea Dueñas».

Entiendo que el jueves 26 de enero de 2023 será una fecha que se le habrá quedado grabada en la memoria

Fue muy triste cuando me llaman en torno a las tres de la mañana y me informan de que hay un fuego en la fábrica. En quince minutos me presenté en el lugar de los hechos y vi, de manera totalmente impotente, como las llamas consumían treinta años de esfuerzo y de sacrificio. Fue algo terrorífico. La rabia y el coraje me comían por dentro. Pensé que era el final de todo, pero a las seis de la mañana, cuando ya estaba todo invadido por las llamas y no había solución, nos juntamos en un comité de crisis mi socio, Francisco Iglesias; el director general,Rodrigo Ruiz, y yo.

En un sitio apartado, nos reunimos en torno a una mesa y dijimos que nos debíamos a nuestros empleados, a nuestros proveedores y a nuestros clientes.Dependía de nosotros volvernos a levantar de este duro golpe. Ante esta situación, empezamos a escribir en un folio en blanco lo que teníamos que hacer para que un nuevo Cascajares sea viable, el Cascajares de la recuperación. 

¿Fue el peor día de su vida?

Sí y no. Visto de una manera muy superficial y muy materialista, sí. Pero cuando te tranquilizas, te serenas, das un paso atrás y tomas aire, te das cuenta de que no. El peor día de mi vida hubiera sido si se llega a haber quedado dentro de la fábrica alguno de mis trabajadores o de los bomberos que intentaron apagar el fuego. Estuve dentro de la factoría guiando a los bomberos y me di cuenta del enorme riesgo que había. Extinguir el incendio de una fábrica, si se puede hacer, lógicamente se hace, pero sin poner en juego las vidas humanas.Si alguien corre riesgo, prefiero que se queme la fábrica. Cuando todo esto pasó y vi que nadie había sufrido daños personales dije -y de corazón- que había sido un día feliz porque lo contrario (el fallecimiento de alguna persona) hubiera marcado una diferencia brutal. Posiblemente, yo no habría tenido el ánimo que he tenido para seguir adelante con la nueva fábrica. A pesar de lo terrible de aquella jornada, creo que fue una fecha para estar felices porque no pasó lo peor que podía haber sucedido.

Además, en el pasado ya hemos construido tres fábricas, una en Villamuriel de Cerrato, otra enDueñas y una tercera en Quebec (Canadá). No nos importa ni nos preocupa ni nos asusta levantar una más. Y eso lo vamos a hacer. Lo sabemos hacer y tenemos todos los ingredientes para poderlo hacer. 

Asegura que «se quemó todo salvo lo más importante, el equipo y la marca, que está más fuerte que nunca». ¿A qué se refería con ello?

En las situaciones difíciles, como es esta, se ven las costuras de la gente para bien y para mal. El incendio me sirvió para ver las de mis trabajadores, que lloraban de rabia y de impotencia en la puerta de la fábrica por su sentimiento de pertenencia a un proyecto, de corporativismo y de amor a la marca. Me di cuenta de que mi gente es extraordinaria y maravillosa. En vez de ir cada uno de los trabajadores por su lado, se han juntado todos como una piña y han animado a la propiedad a seguir adelante. Se han puesto a nuestra disposición para lo que haga falta y están siendo totalmente comprensivos. Todo el mundo a una lo entendió y sacó lo mejor de sí mismo. Esto es muy valioso para nosotros.

Y no solamente los empleados, también los clientes, los proveedores y los amigos empresarios. Toda la sociedad, incluyendo a las administraciones, nos ha animado a continuar y nos ha ofrecido lo que tiene. Eso nos hace ver que el equipo está más fuerte que nunca y que la marca tiene mucho apoyo. Ha sido una experiencia muy bonita ver cómo gente nos ha mandado lotería por si tocaba y con ese dinero poder montar la nueva fábrica. También hay clientes que dicen que quieren pagar ahora un capón y llevárselo cuando tengamos producción y podamos servírselo. De hecho, nuestros comerciales de toda la vida nos comentaron que cuando saquemos productos vamos a ir con el cuchillo entre los dientes a vender todo lo que podamos para ayudar a la recuperación.

¿Cree que se podría haber salvado algo de la fábrica si el incendio no se hubiera producido a las tres de la madrugada?

Eso es algo que nunca se sabe. La gente que estaba dentro del edificio hizo lo correcto, que fue salir de allí, llamar al 112 y ponerse todos a salvo en vez de intentar apagarlo. Esto es fundamental.A lo mejor, de manera inconsciente, si tratamos de sofocar el incendio sin tener conocimientos de extinción, ahora estábamos en una situación tremendamente peor. 

¿Se saben las causas que provocaron este siniestro?

El servicio de Criminalística (Secrim) de laGuardiaCivil ya terminó su investigación y, hasta la fecha, afirma que el incendio fue provocado por un fallo eléctrico generado en el cuadro eléctrico del  motor en el exterior de la fábrica. Cuando ardió, pasaron las llamas al motor y, después, al interior de la fábrica. Una vez dentro de esta fue imparable.

¿Se puede salvar algo de la fábrica quemada?

Absolutamente nada.Es como un infierno sin llamas. Está todo como cambiado de sitio y muy desfigurado. Sorprendentemente, lo único que se ha salvado es el cartel de la marca que está colocado en la parte superior del edificio. La fachada de la fábrica está aparentemente bien, pero entras al interior y está todo quemado y destruido.

Desde aquella jornada, se fueron sucediendo las muestras de cariño de toda la sociedad. Incluso el Rey de España,Felipe VI, aprovechó la visita a la factoría eldanense de Gestamp del pasado día 3 para reunirse con usted y con una representación de los trabajadores más antiguos de la empresa. ¿Esperaba tanto apoyo? 

Me sorprendió muy gratamente. Los primeros días fueron de muchísimo trabajo y de solucionar los múltiples problemas que iban apareciendo. Me centré en estar a disposición de los trabajadores y les di el teléfono a todos. Por eso, no pude atender el Whatsapp y cuando lo hice me encontré con 2.000 mensajes. Fue abrumador.Me llegaron a llamar tanto empleados como la Casa Real.También lo hicieron todas las instituciones, que se pusieron a nuestra disposición para salir de este problema. Es muy satisfactorio. Una de mis mayores preocupaciones es devolver a la sociedad parte de lo que nos ha dado. Desde Fundación Cascajares siempre hemos intentado ayudar creando empleo para personas con discapacidad. Ahora nos damos cuenta de que todo ese apoyo esta volviendo a nosotros, que somos los que lo necesitamos. Devolveremos este cariño con empleo, que es para lo que hemos nacido.

¿Se han materializado algunas de las promesas que se anunciaron tras el incendio?

Por ejemplo, el Ayuntamiento de Dueñas, de una manera muy rápida, nos tendió su mano para construir, al igual que el resto. El apoyo irá llegando.  

Dos semanas después del fuego,Cascajares volvió al trabajo. Lo hizo en dos localidades vallisoletanas.En La Cistérniga está el obrador y en Villanubla, la sección de oficinas. ¿Cómo está siendo esa vuelta al trabajo?

Se trata de ubicaciones temporales. No son, para nada, los lugares definitivos. Desde el minuto uno del gabinete de crisis, empezamos a trabajar en el escenario de volver a fabricar con los objetivos de dar empleo a nuestros trabajadores y ofrecer productos a los clientes. La prioridad no es ser rentables a corto plazo, es que el personal tenga sueldo y que los productos no se queden fuera del mercado. A los empleados se les está pagando el transporte como marca la ley y, a medida que vayamos creando más empleo, buscaremos un medio para todos.

Por suerte, toda la información de la empresa estaba colgada en la nube. El servidor no se ha quemado y hemos podido rescatar la copia para empezar a trabajar de nuevo a nivel administrativo.

¿En qué situación se encuentran los edificios?

En el caso de La Cistérniga, hemos alquilado una fábrica y la hemos adaptado a nuestras necesidades en un tiempo récord trabajando durante 24 horas los siete días de la semana.Tuvimos la suerte de que máquinas que venían de camino a Dueñas porque estábamos ampliando Cascajares para aumentar nuestra capacidad productiva en un 50% aún no habían llegado. Fueron encargadas hace muchos meses y ahora han ido a La Cistérniga, donde estamos empezando, de una manera sorprendente y rápida, a producir.

Además, quiero destacar que nuestro proveedor de transportes,Frigoríficos FernándezCenteno, de Villanubla, nos ha cedido de manera desinteresada unas oficinas. Es de agradecer.

¿No había una opción en la provincia de Palencia para albergar las instalaciones provisionales?

Estuvimos buscándola. Nos hubieran interesado mucho más unos edificios en Palencia, pero no encontrábamos  sitios que guardaran las condiciones como los de Valladolid. Lo importante y lo puedo confirmar es que vamos a volver a construir en Dueñas. Es un compromiso de la propiedad y la presencia en la provincia vallisoletana es algo temporal.

¿Cómo será la nueva fábrica que tiene previsto levantar en Dueñas?

Quiero que sea la factoría más moderna, más segura y más productiva de platos preparados de toda España. Lo podemos hacer y lo vamos a hacer, tanto a nivel de seguridad alimentaria como para vender enEuropa.

¿Cuáles son los siguientes pasos que tiene que dar Cascajares para que el nuevo centro de producción esté cada vez más cerca?

Ya hay que pedir máquinas y estructuras y, además, empezar con la obra civil para tenerlo todo en un tiempo récord. En una primera fase, hasta la Navidad, no vamos a tener ni almacenes ni oficinas, solo la unidad productiva para que la gente trabaje, pero, después, habrá nuevas fases.

¿Puede facilitar cifras de inversión de la nueva fábrica?

Es un poco pronto para eso.Puedo decir que será una fábrica que absorberá todo nuestro crecimiento.  Después del apoyo de la sociedad, sabemos que vamos a crecer.

¿Habrá algún guiño a la anterior factoría?

Lo que se ha decidido es desmontar el logotipo de la marca, lo único que no se ha quemado, y ponerlo en la nueva como recuerdo de la instalación en la que Cascajares ha estado durante 18 años.

Volvamos a la actualidad para hablar, entre otras cuestiones, del personal de la empresa. ¿En qué situación se encuentran los trabajadores de Cascajares?

Del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que registramos para 58 personas el primer día ya han salido, en diferentes grados de ocupación, 30 compañeros. Solo quedan en 28 en ERTE que esperamos que vayan saliendo según aumente la producción.

¿Qué productos están elaborando en la actualidad?

Hemos reducido la oferta de productos durante esta primera fase tras el triste suceso. A los quince días del incendio ya teníamos el registro sanitario (tengo que agradecer a la administración la rapidez a la hora de resolver este trámite burocrático) y hemos empezado a producir la gama de aperitivos para cócteles de bodas. En marzo iniciaremos la preparación de los productos cocinados en bolsa de vacío para vender en las tiendas de alimentación.

¿Cuándo llegará la nueva hornada  de alimentos a los consumidores?

De manera muy temprana.En marzo recuperaremos las ventas gracias a la factoría de La Cistérniga y nuestra obsesión es no fallar en la campaña de Navidad a las 600.000 personas que cenan Cascajares en esas fechas. Vamos a trabajar muy duro para recuperar la producción. 

¿La planta canadiense está asumiendo parte de la producción?

No. Aquella factoría está a tope de producción.En los últimos cuatro años hemos crecido de manera brutal y no tiene capacidad suficiente para los productos de España.

¿Cuáles son los mayores problemas con los que se está encontrando en estas semanas?

Las dificultades son múltiples y variadas, pero he de decir que con esfuerzo y trabajo todo acaba saliendo adelante.Es un golpe muy fuerte pasar de una etapa de crecimiento a frenar la venta y, después, volver a recuperar la producción. Pero yo le digo a mi gente que esto ya lo sabemos hacer. Con la llegada de la covid-19 ocurrió algo muy parecido.Veníamos de un 2019 histórico con subida en ventas y pasamos prácticamente a cero en marzo de 2020, reiniciándola, poco a poco, después.En 2022 producíamos un 30% más que antes de la pandemia de coronavirus y con grandes esperanzas para este año e inversiones en instalaciones. Era un ejercicio muy prometedor. Estar preparado para crecer y, de repente, parar en seco es un estrés mental que hemos pasado de manera regular, pero como se están resolviendo ciertas ecuaciones que nos preocupaban y hemos decidido que vamos a invertir, eso nos motiva, ilusiona y vamos para adelante.

Además, cuando digo que esto ya lo sabemos hacer me refiero a lo que ocurrió en 2008.Tras ser proveedores de la boda de los actuales Reyes de España, pudimos multiplicar por seis la facturación de la empresa en tres años. Entonces, con la crisis económica, las cifras cayeron y estuvimos a punto de quebrar. 2009, 2010 y 2011 fueron años muy difíciles. En los tres casos, la receta para la salvación de la empresa siempre ha sido la misma: apoyarnos en nuestros empleados y clientes, y salir adelante con la fuerza de la marca, con trabajo y con esfuerzo.

Por último, recuerdo que los inicios de Cascajares fueron tremendamente humildes y nada fáciles. Personalmente, sé que todo esto es cíclico, que no te puedes creer nada y tenemos que ser humildes porque lo que Dios te da,Dios te lo quita.

¿Qué comportamiento han tenido los proveedores y los clientes?

En un 99,99% ha sido muy bueno.En el primer caso, nos han comentado que no pagáramos las facturas y que ya llegará el tiempo en el que nos hayamos recuperado. Lógicamente, esto no podemos aceptarlo porque luego sería mucho peor. Los compromisos hay que cumplirlos y, afortunadamente, cuando nos ha ido bien hemos guardado y teníamos liquidez para pagar también los sueldos de los empleados. Tras el incendio abonamos la nómina de enero y hemos adelantado la paga extra de marzo a febrero para ayudar a las personas que puedan tener una situación económica más ajustada. Al revés, también ha sucedido lo mismo.Los clientes han ingresado las facturas que faltaban de la campaña de Navidad.

Hace referencia a la economía de la empresa. ¿Cómo están a día de hoy las cuentas de Cascajares?

Bien.Somos gente muy conservadora y hemos ido siempre guardando dinero, siempre siendo previsores por lo que pudiera pasar. Entre el seguro, lo ahorrado a lo largo de estos años y la financiación, la empresa no pasa por una mala situación económica.El día anterior al incendio estaba en una situación admirable e histórica. Nunca habíamos estado en un momento tan bueno. Antes de la covid-19 no habíamos repartido beneficios de la empresa y estaban todos dentro.

¿El seguro se ha hecho cargo?

La compañíaReale fue informada en cuanto comenzó el incendio y se presentó al día siguiente para hacer el peritaje. En la actualidad está trabajando sobre la cobertura.

Cambiamos de tema para comentar la situación de los polígonos palentinos. ¿Echa en falta algún servicio que se tenga que dar en estos lugares?

No. En Palencia estoy muy cómodo. Me encanta por su gente y sus productos.Yo soy palentino como el Cristo del Otero. No tengo que echar nada en falta.

¿Alguna infraestructura que pudiera facilitar el trabajo a las empresas?

Por supuesto, todo lo relacionado con el acceso a la red y la digitalización. Cada vez tenemos que estar más conectados. No es que sea el futuro, es el presente y no podemos perder el tren de la conectividad.

Por último, ¿habrá subasta de capones en la próximaNavidad?

Por supuesto que sí. Ahora más que nunca lo tenemos que hacer.