Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Los tacones de la reina

23/10/2022

Estuvieron los Reyes en Alemania en el acto inaugural de la prestigiosa semana del libro en Frankfurt, siendo España invitada especial. También se entrevistaron con el Presidente de la República Federal Alemana y con el Primer Ministro de aquel país. Las televisiones nos han mostrado las acostumbradas imágenes con escasos comentarios sobre la muy intensa presencia de autores españoles en dicha muestra. Lo importante de ese viaje real eran los tacones de la Reina. Es habitual que se comente profusamente la ropa que luce Doña Letizia en actos oficiales, así como aquellos datos que más llaman la atención en su aspecto: retoques estéticos, musculación de sus brazos, peinados, etc. Pero nunca había yo leído o escuchado ese interés por los tacones que llevan sus zapatos. Ha sido a raíz del desfile del día 12 de octubre, nuestra Fiesta Nacional, cuando los medios informativos se han centrado en los pies de la Reina. Un canal de la televisión privada caracterizado por mostrar hostilidad hacia la Monarquía de modo permanente, ha llegado en su información a extremos ridículos. Al mostrar imágenes detalladas de los zapatos que la Reina calzaba durante los actos protocolarios, se comentaba la marca de los mismos, la finura de la horma, los diez centímetros de los tacones, que han provocado en los pies reales la enfermedad conocida como neurona de Morton. Es cierto que la periodista que descendía a estos detalles no aportaba ningún testimonio médico ni protocolario acreditados. Muy indignada por, según ella, obligar a una mujer a enfermar por someterla a una tortura que simboliza la opresión femenina. Además, siempre según su irritada opinión, el uso de esos zapatos durante el desempeño de su trabajo, atenta contra la ley de salud laboral. Es decir, los elegantes zapatos son machistas y su uso supone una doble infracción a dos leyes: La ley contra la violencia de género y la ley de salud laboral. Así que, según esta enfadada periodista, la Reina es, al mismo tiempo, víctima de la opresión en que vivimos las mujeres, pero también infractora de la ley. No importa si a algunas nos gustan esos elegantísimos zapatos y queremos ejercer nuestra libertad personal al elegirlos. Solo falta que se nos prohíba lucirlos para protegernos. Eso sí que sería machismo.