Se acabó la feria taurina de las emociones. La del regreso de las figuras a Palencia, la de la vuelta de los aficionados a los tendidos y la del reencuentro de viejos amigos que se ven de año en año. La feria de San Antolín que la Covid-19 arrebató a la ciudad en 2020 y que este año ha vuelto con fuerza a una ciudad que disfruta, vive, siente y defiende la fiesta.

Calor, mucho calor. Eso es lo que sintieron los aficionados, especialmente los situados en los tendidos de sol, en una tarde en la que la única brisa que corría en Campos Góticos era la generada por sus abanicos. Agujetas en las muñecas tendrán hoy algunos por los ávidos movimientos para intentar sofocarse de esos 28ºC hasta los que se elevó el mercurio en los dos primeros toros. Quizás por eso, quizás por las limitaciones de aforo, la plaza de toros no presentó la entrada que acostumbra cuando toca tarde de rejones, con gran aceptación en la provincia.

De la plaza de toros no solo se despidió el público, también la Banda Municipal de Música de Palencia, que ha amenizado de forma magistral todo el ciclo taurino. En su adiós, o mejor dicho, en su hasta el año próximo, tuvo un muy bonito gesto dedicando a la prensa provincial el pasodoble La Puerta Grande, de Elvira Chico. «Se lo dedicamos a los medios de comunicación, que con tanto cariño nos tratan durante todo el año, y más si cabe en los sanantolines», subrayaba en sus redes sociales.

La feria de las emociones - Foto: Óscar NavarroY si de música hablamos, en el  tendido 7 un grupo entonó el cumpleaños feliz a su amiga Lourdes, protagonista involuntaria de la última corrida de los sanantolines. Un aniversario que recordará como aquella tarde en la que sopló las velas en Campos Góticos.

Esa complicidad en los tendidos se trasladó también al callejón con los Hermoso de Mendoza. Una bonita estampa de padre e hijo, su alumno más aventajado. «Toma ahí. Olé maestro. Así, así se hace» comentaba un aficionado al Hermoso grande.«Muy bueno, un fenómeno», respondía otro. Piropos recibió también el Hermoso chico, que mejoró a medida que avanzaba la tarde. «Papá, no tengas pelusa», gritó un seguidor tras la buena faena con la que desorejó a su primer toro, de nombre Ranito. Aunque también hubo tiempo para las chanzas. «Lo has dejado como un pararrayos», bromeaban cuando falló con el rejón de castigo.

Halagos fueron también los que recibió Sergio Galán y sus caballos. «Lo estás bordando», decían sobre la actuación del conquense.  «Andan mejor los caballos de lado que yo de cara. Valen para bailar un pasodoble», comentaban sobre sus equinos.

La feria de las emociones - Foto: Óscar NavarroDe ello dieron buena cuenta Julio Gancedo, de Urbaser, o el responsable de comunicación de la plaza de toros de Valladolid, Pablo Alonso. También Luis Metodio Sánchez, del restaurante La Traserilla, junto a su sobrino Jorge Ribeiro. Muy cerca, su también sobrina María Ribeiro. Igualmente en barrera, las directoras generales de la Junta Maribel Campos (Presupuestos) y Rosa Cuesta (Política Económica); la vicepresidenta de la Diputación, María José de la Fuente; y las concejalas de Cultura y Servicios Sociales, Laura Lombraña y Raquel Martín.

La presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, cambió su habitual barrera en el tendido 8 por el noveno burladero, donde estuvo acompañada por Álvaro Durán (casa de subastas Fernando Durán), oriundo de Palencia y tataranieto de la vizcondesa de Villandrando, y su pareja Blanca Benjumea. 

En el callejón siguió la corrida también el diputado de Red Viaria, José Antonio Arija, junto al exalcalde de Villalaco, Raimundo Vallejo; y el regidor de Villamartín de Campos y José María López. En este mismo estaba César Rodríguez, uno de los afortunados del sorteo Los toros desde el burladero con una papeleta de DP. «Es una maravilla, se oye hasta cómo respira el toro. Merece la pena, es muy bonito. Volverá a participar», dijo.