Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


Consentir

12/02/2023

Consentir es permitir algo o condescender en que se haga. Consentimiento es la acción de consentir, pero también es el flotador al que se han agarrado un grupo de activistas instaladas ahora en el máximo poder político de nuestro país gracias a la debilidad del partido que ganó las últimas elecciones. Y han echado mano de ese flotador porque no tienen otra forma de hacer creer que ellas no ceden en su defensa de las mujeres, y en su nebulosa mental piensan que con ese concepto, con la retirada alusión a ese sustantivo derivado del verbo consentir que se traslada al ámbito de las relaciones sexuales, quedan súper bien ante sus acólitos y ante el resto de alucinados ciudadanos españoles. El consentimiento en febrero de 2023 parece ser algo que se ha descubierto hace unos pocos meses y que nunca antes había sido contemplado en una sociedad adormilada jurídicamente hasta que han llegado ellas y nos han despertado de nuestro sueño infantil.

Pues no. El ordenamiento jurídico español contempla la ausencia de consentimiento como un delito en las relaciones ente un hombre y una mujer o si se obliga a alguien a cualquier cosa a base de coacciones. De toda la vida. No se ha descubierto nada con esta ley que no estuviera ya en el Código Penal, por mucho que se pretenda engañar a la opinión pública. Quienes han organizado este entuerto terrible y gravísimo no asume responsabilidades. No van a caer ninguna de ellas, porque el endemoniado panorama institucional que vive España ha supuesto que la moneda caiga de cara para sus intereses y nadie puede siquiera plantear que abandonen sus cómodos despachos enmoquetados. Pero lo irreparable e inevitable es que su imagen haya quedado dañada hasta el límite del "quijotismo" hispánico, ese estigma tan nuestro siempre que se pretendía hacer una cosa y se lograba la contraria. Imposible valorar de otra forma una ley que se aprobó para cosas muy distintas de las que han final han ocurrido, que pretendía intentando proteger a las mujeres elevar a los altares a sus inspiradoras y ha acabado arrastrando a sus autoras por el fango de la contradicción, el ridículo y el descrédito que supone ver cada día como los tribunales reducen las condenas de los animales que han abusado, agredido o violado a mujeres en los últimos años.

La factoría de ideas del radicalismo funciona a pleno rendimiento, y para encubrir la manipulación del consentimiento se han acuñado esta semana expresiones como el "populismo punitivo", que da a entender que tampoco tenemos que pasarnos con los violadores condenándolos a largos períodos de cárcel, o el "calvario probatorio", que se refiere a algo tan trasnochado como tener que demostrar con pruebas que alguien es culpable de cualquier delito que se le impute. Eso ya había quedado atrás gracias a la ley que beneficia a los agresores sexuales.