La abstención de Vox desbloquea las cuentas y calle Jardines

Carlos H. Sanz
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El alcalde supera la cuestión de confianza «con la tranquilidad de haber hecho lo correcto» pero con el aviso de Sonia Lalanda de que impugnará las cuentas si se demuestra que no cumplen la legalidad

Luis M. Cárcel, Alfonso Polanco y Mario Simón celebran la aprobación de la cuentas. - Foto: SARA MUNIOSGUREN

La abstención de Vox y el valor doble del voto del alcalde permitieron la aprobación de la cuestión de confianza a la que se sometió Mario Simón para la aprobación del presupuesto de este año, valorado en 112.389.856,57 euros y, porque así está incluida en él, de la puesta en marcha de la solución diseñada para cumplir con la sentencia de la calle Jardines, la cual pasa por el pago directo a la Diputación de 26,7 millones de euros con un plan que permita aminorar gran parte de la deuda este mismo año.

Mario Simón tomó la palabra «con la tranquilidad de haber hecho lo correcto» para justificar por qué se ha visto obligado a utilizar la vía de la cuestión de confianza. «La situación de bloqueo absoluto a la que el PSOE, Vox y Ganemos han llevado al Ayuntamiento en estos últimos cinco meses es insostenible. Hoy, de una manera u otra, ese bloqueo se acaba», sostuvo.

El regidor fue crítico con los partidos de la oposición, a los que acusó de poner en marcha «una estrategia política que ha rebasado todos los límites». La segunda parte de su intervención la centró en defender la cuentas ya aprobadas para este año. «Estos presupuestos atienden las demandas y necesidades de la ciudad, afrontan los problemas históricos y actuales, garantizan la prestación de los mejores servicios, aplicando y teniendo en consideración la subida de costes y la inflación; y tienen las inversiones que necesita Palencia», resumió. Y, por supuesto, hizo referencia a la calle Jardines al asegurar que «estos presupuestos son un sí a la solución con acuerdo y respaldo técnico y jurídico y de la forma que económicamente resulta mejor».

«Además de solucionar ese problema, miran al futuro e incluyen partidas que no tienen color político y que son proyectos de ciudad (La Tejera, la Edusi, fondos europeos...) que nos trascienden, y que para que sean un realidad deben contar con estos presupuestos», sentenció.

la abstención de vox. Cuando el 15 de junio de 2019 se armó el acuerdo entre PP, Ciudadanos y Vox para hacer alcalde a Mario Simón, las tres formaciones adquirieron un compromiso con la gobernabilidad del Ayuntamiento. Desde aquel ya lejano pleno de investidura, el papel político de Vox en la entente del centroderecha se ha ido transformando, pasando de ser un socio siempre crítico, a formar parte del «tridente del no», como les definió el propio Mario Simón, a medida que se acerca la cita electoral de 2023. 

Este es el contexto en el que el equipo de Gobierno de Mario Simón recurre a la cuestión de confianza, que, en la práctica, ha sido una forma velada de hacer que Vox vuelva al redil del pacto de 2019, es decir, de recordar a Sonia Lalanda su compromiso de garantizar a PP y Cs la gobernabilidad del Ayuntamiento.

Mario Simón y Alfonso Polanco saben que no pueden esperar ni exigir al PSOE el respaldo a unas cuentas que materializan su proyecto político a 15 meses de las próximas elecciones municipales -y mucho menos a Ganemos-, pero sí tenían el botón para que hacer que Vox no sea parte del problema si no quiere ser parte de la solución. 

Sonia Lalanda votó abstención con resignación, lo que produjo un empate técnico que se deshizo con el valor doble del voto del alcalde, dando la victoria a un Mario Simón que, huelga decirlo, no se libró de una furibunda crítica por parte de Vox. «Entre estas cuatro paredes ha pasado de todo, pero estoy segura de que ha habido pocas representaciones teatrales tan burdas, tan ordinarias y tan chapuceras como la que ha protagonizado nuestro alcalde», comenzó su intervención Lalanda, quien se mostró convencida de que todo estaba planificado desde un principio con un objetivo: sacar adelante la solución de la calle Jardines.

Para Lalanda, la fórmula elegida para pagar a la Diputación más de 26,7 millones de euros, «una cantidad que pone en gravísimo riesgo de quiebra a esta casa», es fruto de «la ineficacia, irresponsabilidad y más absoluto desprecio» de la formación política que dirige ambas instituciones, el Partido Popular. 

Por ese motivo, recriminó a Simón el «echarse en brazos de la institución provincial para ver cómo quería cobrar» porque «esta juerga del PP nos cuesta 347,64 euros por cabeza», sentenció Sonia Lalanda. 

La portavoz de Vox negó que su partido no haya propuesto otras opciones que ese pago directo, la última el miércoles y que pasaba por sacar el asunto del presupuesto y, conforme a la ley, que «sea el juez el que determine cómo se debe ejecutar esta sentencia». «Pero no, a toda costa tenía que incluirse la trágala de la calle Jardines», puntualizó. 

La edil terminó su intervención dejando claro que está «en contra de esos presupuestos», que duda de su «legalidad» y que «se reserva el derecho y la legitimación de impugnarlos si el pago de la expropiación debería de hacerse con cargo al patrimonio municipal del suelo y no al presupuesto», avisó Lalanda.  «Votamos abstención porque su continuidad en el cargo es el mal menor, mire si en estos 15 meses que le quedan en la Alcaldía es usted capaz de hacer algo bueno por Palencia», finalizó.

la moción de censura. Aunque el futuro de la cuestión de confianza quedó resuelto tras la intervención de Vox, el PSOE y Ganemos estaban preparados para armar la moción de censura porque su negativa a respaldar a Simón estaba ya anunciada.

Para el PSOE, la cuestión de confianza evidenciaba «la incapacidad para negociar» de Mario Simón, al que recriminó que «usa más tiempo en tratar de persuadir a los demás que en buscar espacios de diálogo». 

«La alternativa a su gobernabilidad es mantener la mayoría que le dio la investidura, y si no es capaz, haga un favor a la ciudad y dimita», le contestó la portavoz socialista. Miriam Andrés, que recriminó al regidor que haya desaprovechado la baza de aprobar con Vox los presupuestos y, después, negociar con el PSOE la solución a la calle Jardines, un apoyo que solo dependía de obtener de la Diputación una mayor inversión en la ciudad.

Durante su intervención unos minutos antes, Mario Simón había aseverado que los presupuestos «son la herramienta fundamental de trabajo que tienen los políticos para hacer su trabajo, la gestión de la administración». Por eso, el balance de ingresos y gastos siempre es un documento político, que se estructura a partir de los intereses que defiende el equipo de Gobierno. 

Y ahí hincó su reprobación la portavoz socialista, que criticó que PP y Cs «pidan responsabilidad para aprobar el presupuesto y al mismo tiempo exijan a la oposición que trague con lo que deciden unilateralmente». «Eso no es negociar», añadió.

Miriam Andrés puso como ejemplo los recién concedidos fondos Next Generation de la Unión Europea: «Una cosa es que yo piense, como usted, que no los podemos dejar escapar, y otra coincidir en que el interés general que quieren darles sea mover una rotonda para culminar su despropósito de la segunda fase de Jardinillos».

Desde esa distancia, la portavoz del PSOE criticó la falta de «un objetivo común y lealtad» del «bloque de la investidura», y también reconoció que el PSOE «nunca creyó en el éxito de su equipo de Gobierno».

Andrés terminó su intervención exigiendo al regidor que salga de «la realidad paralela en la que vive» para pisar la calle y retomar el diálogo social para la creación de empleo. «Ni está ni se le espera, pero desde la atalaya del sillón de alcalde que está ocupando con 5.000 votos, se atreven a darnos lecciones de defensa de los palentinos», sentenció, «mientras hace el trabajo sucio al Partido Popular». 

Ganemos, por su parte, también incidió en que es «la estrategia política de la derecha» la que ha llevado a la cuestión de confianza. Su portavoz, Sonia Ordóñez, recalcó que la génesis de la paralización del Ayuntamiento está en 2019, cuando el destino de la ciudad se hipotecó «por los intereses de la lucha por el poder del PP y Cs, primando los cargos antes que las necesidades de la ciudadanía».

«Tenemos un alcalde secuestrado por su hermano político mayor, el Partido Popular, que ha mantenido las mismas prácticas políticas neoliberales, viejas conocidas de las anteriores legislaturas del señor Polanco», añadió.

Por ese motivo, Ganemos exigió la dimisión de Mario Simón y se mostró dispuesto a apoyar una moción de censura que permitiese «gobernar al grupo mayoritario de esta cámara». «Solo cabe una salida honrosa para el señor Simón, que se respete la voluntad mayoritaria de la ciudadanía expresada en las urnas, propiciando que gobierne la lista más votada, la del PSOE», aseveró Ordóñez.

La edil de Ganemos reclamó una gestión «para la mayoría social, en un diálogo abierto para que los grandes problemas de la ciudad se debatan abierta y transparentemente, buscando soluciones de consenso y sin escatimar aportaciones, vengan de donde vengan».

«Queremos que en la agenda política de este Ayuntamiento figuren en primer lugar los problemas de los vecinos que peor lo están pasando», finalizó Ordóñez, que negó que el presupuesto de PP y Cs «palie los problemas endémicos de la ciudad que hacen que Palencia se muera» y se opuso al «descalabro de la deuda de la calle Jardines y el despropósito de incluir en él el crédito para el pago de sus 27 millones».

«Esta cuestión de confianza ha sido un ardid que por un empate ha necesitado del voto de calidad del propio alcalde para darse la confianza a sí mismo y poder aprobar el presupuesto», finalizó.

 

Polanco: «Han antepuesto sus estrategias políticas»

Para el Partido Popular el pleno de ayer «algo tiene que ver» con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. No lo dijo Alfonso Polanco por el estruendo de las obras que se están llevando a cabo en la casa consistorial y que, en algunos momentos, parecía que estuviese siendo bombardeada, sino porque para el portavoz popular tanto la guerra como la cuestión de confianza se han debido a la falta de comunicación para llegar a un entendimiento. Falta de comunicación de la que responsabilizó al resto de grupos políticos porque «han antepuesto sus estrategias políticas y partidistas a los palentinos y a la ciudad». Una oposición a la que, al contrario de lo que expresó Mario Simón, Polanco sí concedió «una pequeña parte de razón» e incluso cierta «voluntad de negociación», pero siempre condicionadas por «la estrategia política, especialmente de algún grupo político», aseveró.

No hubo por parte del Partido Popular ninguna defensa encendida de Mario Simón y sí fue más vehemente en alabar unos presupuestos que contemplan «importantes proyectos de ciudad», por lo que trasladó a la oposición la responsabilidad de que Palencia esté «en el lugar que le corresponde en el desarrollo o estar todavía en el furgón de cola de muchas capitales de provincia en cuanto al crecimiento económico, desarrollo de fortalezas, inversiones y desarrollo de ciudad (sic)».

«Nuestra ciudad tiene muchos retos; evidentemente, no podemos resolver todos los problemas en un año pero sí abordar una gran parte de ellos y seguir avanzando en el modelo de ciudad que estamos planteando», finalizó.