Desde las ventanas de su residencia en el distrito de Obolon, Carlos Eggers Prieto, un palentino procedente de Villaumbrales, ha sido testigo de la toma de Kiev por los rusos. Él es uno de los 200 españoles que se calcula que están atrapados en la capital ucraniana a la espera de volver a casa. «En las calles se nota el miedo y la inquietud por lo que pueda pasar. Al fin y al cabo es una guerra, pero también es cierto que estamos muy protegidos y seguros», asegura en una conversación con La 8 Palencia.
Carlos Eggers Prieto trabaja en una empresa de logística alemana que tiene encomendada la implantación de Lidl en Ucrania, por lo que tiene una oficina operativa en Kiev. Lleva allí nueve meses, y reconoce que verse inmerso en una guerra ha sido «una sorpresa». «Cuando comenzó el ataque era de madrugada. Mi pareja y yo teníamos previsto viajar esta semana a España vía Alemania, pero cerraron el espacio aéreo», comenta. Eggers Prieto reconoce que no pensaba que Putin fuese a dar ese paso, pero en cuestión de horas se ha topado cara a cara con la guerra. «El primer día fue impactante, había colas en los cajeros y en los supermercados, un gran caos que impidió que fuésemos incluso a la oficina», relata.
«La noche fue más tranquila, aunque sabíamos que hay incursiones aéreas aquí apenas notamos nada. Sin embargo, esta mañana [por la de ayer] volvieron las explosiones y vimos cómo los rusos entraban en la ciudad», añade.
La vía elegida por las tropas rusas para tomar Kiev fue, precisamente, el distrito en el que reside este palentino. «Hace una hora han pasado por delante de mi casa con los tanques, tras contar con la ayuda de saboteadores infiltrados, y ya están combatiendo en el centro», cuenta Carlos Eggers Prieto, que ha sido testigo de cómo uno de esos vehículos de guerra «ha arrollado literalmente a un coche con una persona mayor dentro». «Me ha dejado en shock. Literalmente, lo ha barrido», comenta.
A la espera de que pueda regresar a España, este palentino sigue al pie de la letra las recomendaciones del Gobierno de Kiev y de la embajada de España. «Nos han dicho que no nos movamos de casa porque están tratando de hacer un plan de evacuación. Ahora no se puede llevar a cabo porque está todo bajo fuego armado, pero en los próximos días supongo que nos sacarán de aquí», detalla.
Mientras ve a sus convecinos luchar solos contra la todopoderosa Rusia. «Me da pena porque es David contra Goliath y desgraciadamente está muriendo mucha gente. No se sienten respaldados por la UE y no creen que las sanciones estén siendo duras», finaliza.