Las otras víctimas de Putin

Agencias-SPC
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Miles de personas se ven obligadas a abandonar Rusia por las cada vez más restrictivas leyes contra los opositores al Gobierno y las dificultades que están ocasionando las sanciones internacionales en la vida diaria de los ciudadanos

Las otras víctimas de Putin - Foto: MARTON MONUS

Aunque Ucrania es el escenario sobre el que Vladimir Putin ha desplegado su Ejército y está llevando a cabo el horror de la guerra, la ofensiva abierta sobre su vecino también está teniendo serias repercusiones en su propio país. Y es que no es una ofensiva de Rusia, sino del Kremlin, tal y como demuestra que miles de personas hayan sido detenidas por su oposición a lo que el Gobierno de Moscú insiste en calificar como «operación especial militar» y otras miles se hayan visto obligadas a huir de posibles represalias. Además de que son los ciudadanos los que están pagando las consecuencias de las sanciones internacionales, con un panorama cada vez más desalentador que también les hace temer un futuro poco esperanzador en su tierra.

Si Polonia es el principal destino de los más de cuatro millones de ucranianos que escapan de la invasión rusa sobre su país, Helsinki se ha convertido en el epicentro de cientos de miles de rusos que buscan una nueva vida lejos de su país.

Katya es una joven de San Petersburgo que, como muchos otros,  han huido de la cada vez más autoritaria política de Putin. «Todos mis amigos y familiares están en Rusia y ahora te pueden condenar a 15 años de cárcel si dices algo que no esté bien», asegura.

La chica cuenta que muchos de sus amigos piensan como ella y están buscando cómo salir del país para mudarse a otros lugares. Pero otros, indica, se han creído la propaganda oficial y opinan que el ataque a Ucrania realmente es «por el bien de Rusia». «Incluso antes de lo de Ucrania no había un futuro para mí en Rusia. La situación en Bielorrusia nos hizo entender que no había esperanza. Todo el país se levantó contra el presidente Alexander Lukashenko. ¿Y dónde está ahora el presidente? En el mismo sitio, sin que el resto del mundo hiciera nada», se queja.

Rehenes

A Katya le parece muy injusto que las grandes multinacionales estén saliendo de Rusia o cerrando temporalmente sus negocios, porque mucha gente normal se está quedando sin trabajo, sin que ello dañe a la persona a la que van dirigidas las sanciones: Putin.

«Por favor, no culpen a la gente de Rusia de lo que está sucediendo en Ucrania, nosotros somos rehenes», subraya.

Su plan es viajar a España y no cree que pueda volver a su país en mucho tiempo porque, asegura, no ve «ni porvenir ni seguridad» para sus futuros hijos. «No sé gran cosa de política, pero en los últimos 10 años muchas cosas han ido a peor: la libertad de expresión, los precios... Para mí la Gran Rusia no es la de Putin, es una abierta y libre», zanja.

Anait Amirkhanyan es rusa, pero también tiene nacionalidad portuguesa. Vivió toda su infancia en Rusia,pero reside desde hace años en la nación lusa, lo que le da una mayor visión del impacto de la propaganda en su país natal.

«La mayoría en este momento está de alguna manera con Putin, pero no entienden lo que está pasando y en Rusia tenemos una propaganda extremadamente fuerte. Cuando en la televisión ves todos los días que mienten totalmente sobre la guerra, te lo crees», afirma.

En su opinión, las sanciones de la UE y EEUU todavía no perjudican mucho a la población, pero lo harán pronto «porque ahora mismo podemos ver que muchos comercios están cerrando, no podemos comprar euros para viajar ni ninguna divisa, así que van a perjudicar. Desde luego, van a ser muy duras también para los rusos».

También cree que muchos de los opositores a Putin acabarán huyendo de Rusia por las nuevas leyes represivas contra ellos y el impacto que tendrán las sanciones en la vida cotidiana. «Todos los que puedan irse, se irán. ¿Por qué? Porque no es posible vivir con tales restricciones, no es posible vivir con esta nueva ley y no es posible vivir en una situación de guerra con Ucrania. Mucha gente le apoyan, pero los que no lo apoyan se irán», asegura.