Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Demoledor coste

01/12/2020

Necesitamos reponernos como generación, tomar el espíritu solidario como deber y el ánimo cooperante como obligación ciudadana. Sin duda, el COVID-19 es algo devastador, puesto que detrás de los fríos números de las estadísticas, quedan vidas truncadas, corazones heridos, familias hundidas en nuestras propias miserias humanas. Ciudades y pueblos han de responder a la pandemia atacando la desigualdad e impulsando un inclusivo renacer para todos. Este ha de ser uno de los primeros objetivos, para hacer frente a este demoledor coste humano. 
Las políticas, por tanto, han de centrarse en que todos los avances sean accesibles y asequibles a todos los moradores; esto también significa que la esperanzadora vacuna sea un bien público mundial. Impulsar en todos los gobiernos la justicia social y promover, a la vez, un trabajo verdaderamente digno para todas las personas, asimismo es algo indispensable. Confiemos en que este dolor nos haga invertir las cosas, al descubrir que nos necesitamos como especie, que todas las manos y todas las voces, además de las sonrisas y hasta las lagrimas, hemos de compartirlas más allá de las fronteras que nos hemos                inventado. 
Seguramente, los principios y derechos fundamentales de este mundo laboral puedan jugar un papel fundamental en la reconstrucción de nuevas respuestas efectivas y consensuadas que apoyen este espíritu reconstituyente. Ahora bien, quizás nos haga falta, para salir de esta auténtica ruina, otros relatos más reales y de mayor compromiso con los arrinconados por sistemas injustos. 
Por eso, es vital una toma de conciencia de todos los actores sociales, también de cada uno de nosotros, para que se produzca verdaderamente ese responsable cambio en nuestro propio estilo de vida, en los modelos de producción y de consumo, en las mismas estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad. Algunas de ellas, por cierto, se encuentran contaminadas de corrupción. Desde luego, el clima de inseguridades hace que se vaya creando un terreno fértil para las mafias, que todo lo embadurnan de vilezas y perversidades. Sea como fuere, hay que salir de esta visión del mundo siniestra que nos lleva al derrumbe.