Labor de prevención

Jesús Hoyos
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La palentina Alicia Presencio Herrero, doctoranda en Comunicación y directora audiovisual, desarrolla su vida profesional entre charlas sobre el discurso del odio en institutos y la creación de cortometrajes que abordan la violencia de género

Labor de prevención - Foto: Sara Muniosguren

Dar un sentido útil a su trabajo. Ese es el objetivo con el que la palentina Alicia Presencio afronta su doctorando en Comunicación y su actividad paralela como directora de cortometrajes.

Unas labores encuadradas en el análisis y la prevención del discurso del odio y la violencia de género que Presencio aborda a través de talleres en institutos y con la creación de cortos junto a la escritora  palentina de microrrelatos Raquel Lozano. 

La doctoranda sostiene que, «para avanzar en estas materias, los cuatro agentes educadores -familia, escuela, amigos y medios de comunicación- lo deben hacer a la vez». «Eso hoy no ocurre, se hace caso al que más grita y  es un problema», comenta a DP la joven que, con 30 años, se ha embarcado en una tarea de investigación sobre el discurso del odio en redes sociales y su influencia en el imaginario adolescente. «Se trata de estudiarlo y ver cómo lo interpretan, si lo identifican o no y qué delitos se cometen», explica.

Alicia Presencio tiene experiencia en la materia tras haberse hecho cargo de proyectos nacionales de prevención como #SomosMás. «A día de hoy, no hay un soporte estatal concreto sino ayudas y financiación puntual, por lo que trabajo más por mi cuenta cuando los centros me llaman. Incluso imparto charlas de formación al profesorado porque en algún colegio hay casos de violencia de género, por ejemplo», añade.

Tras años observando la evolución de este tema, su opinión es clara. «Los jóvenes cada vez se polarizan más, sobre todo en redes sociales;como forman parte de su esfera privada, a los adultos les cuesta mucho identificar que sus hijos o alumnos puedan caer en un delito de odio. De hecho, muchos ni siquiera saben que existe porque Internet protege mucho el anonimato y piensan que creándose perfiles falsos pueden insultar o decir lo que piensan sin filtro. Se quedan sorprendidos cuando les explico cómo la Policía les puede encontrar», revela.

Su otra faceta, la de creadora audiovisual, surgió tras un campamento de verano sobre cine. Desde su Trabajo Final de Grado, que llevó a la creación del corto Cosas que hacer -con el que obtuvo y sigue recibiendo premios nacionales e internacionales-, decidió vincular esta parte de su vida a la prevención de la violencia de género. «Los medios, como agente educador, no la están tratando correctamente y eso influye negativamente en los adolescentes, que son esponjas que absorben e imitan contenido», subraya.

Desde entonces, ha dado vida en forma de cortometraje a las historias de Raquel Lozano. «Formamos un buen equipo. Tenemos varios proyectos listos para llevar a cabo y la idea es la de presentar realidades que hagan reflexionar al espectador y tengan la capacidad de ayudar y concienciar», señala.

Recientemente, ha apostado por el microcorto debido a la «cada vez menor capacidad de atención del espectador». ¿La temática? La violencia en pareja a través de redes sociales porque «el control y la sumisión pasan muy desapercibidos y son difíciles de detectar en el mundo online».

A nivel personal, le encanta viajar. «Antes de la pandemia, vivía pegada a una maleta», recuerda con nostalgia. Disfruta de sus seres queridos, de los animales y del café solo, pero especialmente de todo lo que tenga que ver con la creatividad: pintar, leer o escribir. A la vista está.