Por la poca frecuencia de estos gestos en la política nacional, saludemos la abierta disposición a asumir responsabilidades políticas por parte de la ministra de Justicia, Pilar Llop, ante el escandaloso choque con la realidad de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como la ley del sólo sí es sí, a pesar de que ya estaba en tramitación parlamentaria cuando ella llegó al Gobierno.

En la sesión de control del Congreso al Gobierno también tuvo la decencia de asumir por anticipado y en primera persona los "efectos indeseados" que, según la parte podemita del Gobierno, puede tener la contrarreforma elaborada en el Ministerio de Justicia para reparar los "efectos indeseados" (acortamiento de condenas y excarcelaciones de delincuentes sexuales) que tuvo la reforma apadrinada por el Ministerio de Igualdad, que es la que hoy por hoy está vigente.

La diferencia entre la reforma elaborada por los equipos de Irene Montero, la ministra de Igualdad (ley del sí-sí) y la contrarreforma de Pilar Llop (proposición de ley socialista, ya en el telar parlamentario) juega a favor de la segunda, tanto en calidad técnica del texto como en mayor cercanía a los derechos de la mujer.

La diferencia es muy lógica si partimos de la base de que Llop viene de la Judicatura, mientras que Moreno viene de lo que el medio más afín a las tesis del Gobierno de coalición califica de "atrincheramiento vociferante" en posiciones ideológicas reñidas con el sentido común.

Con este telón de fondo que presenta a los dos componentes políticos del Ejecutivo en abierta confrontación, se inicia la tramitación parlamentaria de la contrarreforma. Ya veremos hasta dónde llega el enfrentamiento del PSOE de Sánchez con Podemos, liderado en la sombra por Iglesias, que no pierde oportunidad de agitar el fantasma de la ruptura.

Tiempo hay para negociar retoques, pero ya ha quedado claro que Pedro Sánchez prefiere arriesgarse a la ruptura de la coalición si ese es el precio de taponar la fuga de votos causada por la alarma social de la Ley Montero. Lo curioso es que en semejante envite cuenta con el explícito ofrecimiento del PP para que la contrarreforma de Llop salga adelante.

"Déjese ayudar", le ha dicho este miércoles a Sánchez la secretaria general del número dos del partido de Feijóo, Cuca Gamarra, le decía al mismo tiempo desde la tribuna del Congreso que este es un Gobierno afectado por la "descomposición".

Aludía específicamente al enfrentamiento de las feministas del PSOE con las de Podemos. No solamente por la ley del sí- sí. También por la llamada "ley trans", que ahora está de paso por el Senado y que, por cuenta de la "autodeterminación de género", promete ser el próximo culebrón en el enfrentamiento de los dos componentes de la vigente ecuación de poder.