U vecino de la capital ha formulado una denuncia en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional en la que afirmó haber sufrido una mordedura que le causó daños en el antebrazo y dorso de la mano izquierda por parte de un perro en el camino de la Carbajala, lugar en el que se encontraba paseando a su perra pequeña el pasado 14 de enero. El incidente motivó que tuviera que acudir al centro de salud de La Puebla, donde le aplicó una cura.

El denunciante especificó en el escrito en el que relató los hechos que, tras el incidente, «se acercó una de las personas que se encontraban con otros dos perros -un varón de unos 70 años de edad, bajo y de complexión gruesa- no pudiendo aportar mas datos ni físicos ni de vestimenta». Supuestamente, esta persona, según siguió relatando el afectado, cogió al perro al tiempo que decía al denunciante: «No te preocupes, está vacunado», y este añadió que «sin mediar más palabras» se marchó del lugar junto con el animal que le mordió previamente.

La persona objeto de las mordeduras señaló igualmente que, antes de sufrir los daños físicos por parte del can, observó cómo por unas tierras cercanas al lugar por el que estaba paseando se encontraban haciendo lo mismo tres o cuatro personas, también acompañadas de al menos tres perros, y uno de ellos echó a correr hacia él y se peleó primero con la perra con la que se encontraba, no causándola lesiones aparentes. «Era un perro negro y blanco que pudiera ser de raza galgo, si bien no puedo asegurarlo ya que todo fue muy rápido», expuso el denunciante.

Sobre el suceso concretó que fue a auxiliar a su perra y, en ese mismo momento, recibió una mordedura en el antebrazo de la mano izquierda, levantó al animal en brazos y después se llevó una segunda mordedura en dorso de la mano izquierda.

Asimismo, según explicó en las dependencias policiales, vio cómo el supuesto dueño que recogió al perro que le mordió  supuestamente se reunía con otras dos personas y pensó que pudieran haberse marchado en dirección al monte de la capital.

atención sanitaria. Tras las mordeduras, el afectado llamó a una hermana, sanitaria de profesión, quien acudió al lugar haciéndole una primera cura. Asimismo, en la denuncia pudo de manifiesto que dio una vuelta por las inmediaciones, no volviendo a ver a las personas aludidos, pero si un vehículo de la marca Dacia, modelo Duster -del que facilitó a la Policía la matrícula- adaptado para el transporte de animales, pensando que pudiera ser propiedad del dueño del perro que le mordió, si bien no pudo asegurarlo.