Viviendas colaborativas en El Jardín de las Angélicas

J. Benito Iglesias
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Un grupo de palentinos busca socios de 53 a 72 años para un proyecto residencial de vida y servicios en común, que cuenta ya con diez unidades familiares y la opción de compra de 2.000 m2 en un antiguo centro educativo

Viviendas colaborativas en El Jardín de las Angélicas

Un grupo de palentinos que conforman diez unidades familiares, integrados en la Asociación Junt@s alojamiento sociocolaborativo, de reciente constitución pero con un trabajo previo de cuatro años, está buscando otras personas interesadas para desarrollar en Palencia una nueva forma de vida a través del proyecto que han diseñado, denominado El Jardín de las Angélicas, que dispondrá de apartamentos independientes para personas de entre 53 y 72 años. «La iniciativa se basa en convivir con gente de similares intereses en zonas comunes y con actividades y servicios diversos, sin perder por ello de vista las relaciones con el entorno social cercano», tal y como comenta a DP el portavoz del colectivo y socio fundador, Fidel Ramos.

Así, ya se ha hecho un contrato de opción de compra de 2.000 metros cuadrados con la entidad religiosa propietaria, ya que de momento no se necesitaría más, para ubicar el complejo residencial colaborativo en las instalaciones del antiguo colegio de las Angélicas de San Pablo, situado en la calle Batalla de Tamarón, en su confluencia con la calle Inés Moro, cerca de Los Tres Pasos. Este centro educativo ha estado funcionando hasta 2015, cerrándose entonces por falta de matriculaciones. Con el proyecto se evitará el deterioro del edificio que se recuperará para una finalidad importante, no sólo personal, sino también comunitaria y de regeneración urbana.

La planificación de los socios fundadores prevé -si se logra una cifra adecuada de personas interesadas- poder comenzar en 2022 las obras de la fase inicial (30 apartamentos para unidades de convivencia) y que el complejo de alojamiento colaborativo sea una realidad. La segunda fase, con la ampliación a 18 unidades familiares más, se acometería seguidamente en función de la incorporación de nuevos socios.

Viviendas colaborativas en El Jardín de las AngélicasViviendas colaborativas en El Jardín de las AngélicasLos únicos requisitos para constituirse en participante de este proyecto se centran en disponer de una edad comprendida entre 53 y 72 años (límite no aplicable a las personas socias fundadores) y presentar una correcta salud que permita llevar una vida con total independencia en el momento del ingreso. Además, se deben cubrir las aportaciones económicas que se determinen en los estatutos de una futura cooperativa gestora y los reglamentos que se están elaborando. En ellos se establece la posibilidad de que en el complejo puedan figurar personas usuarias con edades diferentes a las que se han marcado inicialmente.

Cohousing. «El proyecto responde al termino couhouising que se basa en una comunidad de personas adultas que asumen el protagonismo de su propio devenir buscando un alojamiento común con ciertas características, funcionando como una comunidad autogestionada y participativa en zonas y servicios compartidos, además de organizar actividades diversas e implantar una colaboración activa en la toma de decisiones y gestión de forma democrática. Nadie te lleva a una residencia, tú eres el protagonista y decides cómo quieres vivir y qué actividades quieres hacer hasta que puedas y con quién», explica Fidel Ramos.

Las normas y la convivencia se basan en acuerdos y decisiones dentro de un modelo cooperativo, a través del diseño de espacios y funcionamiento pensados para favorecer la convivencia, aumentar el contacto social y la sostenibilidad. Contempla además la previsión de situaciones de posible dependencia en unas instalaciones adaptadas y con una propuesta de servicios para futuras necesidades y se promueve una evolución vital y social con autonomía y dignidad.

Viviendas colaborativas en El Jardín de las AngélicasViviendas colaborativas en El Jardín de las Angélicas«La misión y visión del proyecto es la de vivir de forma estable y segura en un espacio con apartamento independiente, siguiendo el criterio de sentirse a gusto en el domicilio propio, pero integrado en un complejo de alojamiento (cohousing) provisto de todos los servicios. Y todo ello desde la perspectiva de futuro de disfrutar plenamente de la segunda mitad de la vida adulta y disponer de una alternativa de alojamiento con respecto a los centros residenciales asistenciales, llegado el momento del envejecimiento o pérdida de autonomía», apunta el impulsor de la iniciativa.

Contactos previos. Para ello, se han analizado otras experiencias diferentes consolidadas de cohousing que existen en España y se mantienen contactos con entidades vinculadas a este sector. El recorrido hasta el momento comenzó con las relaciones estratégicas a través de responsables de diferentes áreas y grupos políticos del Ayuntamiento y con la administración autonómica (Gerencia de Servicios Sociales y Dirección General de Urbanismo de Junta), entidades financieras, así como con distintas organizaciones sociales sin ánimo de lucro para un posible interés mutuo de cooperación.

La ejecución  del proyecto paar ineludiblemente por realizar en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Palencia un cambio de uso sobre la finca de las Angélicas, ya que figura como equipamiento educativo y habría que darle uno nuevo para el modelo de viviendas colaborativas. El 29 de octubre de 2019 se presentó de forma oficial la documentación para solicitar este cambio. «Disponemos de los servicios de un equipo de arquitectos con experiencia en este tipo de actuaciones. Por un lado, nos han desarrollado un anteproyecto con las reformas y obras necesarias y, por otro lado, se ha elaborado el documento para el cambio de uso», tal y como manifiesta Fidel Ramos.

Vida, actividades y servicios gestionados de forma común. El proyecto del Jardín de las Angélicas comenzó en un grupo de amigos con la idea de que la vejez hay que prepararla si se quiere disfrutar al máximo de esta etapa de la vida y que merece la pena invertir tiempo en ello. «La fórmula es adaptable también para gente más joven, de más de 40 años que está formando aún su familia con hijos, y ojalá se vaya imponiendo un modelo intergenaracional, algo en lo que nos gustaría insistir y que nos parece viable y muy interesante a la hora de poder desarrollarlo», apunta Fidel Ramos, portavoz de la Asociación Junt@s alojamiento sociocolaborativo.

La oferta prevista en el complejo de vida en común en las instalaciones del antiguo centro educativo de las Angélicas contará con una amplia gama de actividades que serán programadas periódicamente y autogestionadas por las personas usuarias. Entre otras, se llevarán a cabo talleres de música, baile, karaoke, cine, teatro, lectura, ejercicios de memoria, biblioteca, informática o redes sociales. También se potenciará la práctica de idiomas (inglés y francés) y cursos de cocina básica, nutrición y dietética; manualidades; juegos de mesa y torneos; excursiones y visitas; charlas, talleres de reflexión y actos culturales; jornadas y degustaciones.

Otras posibilidades pasan por el mantenimiento físico y deportivo, junto a talleres de salud y gestión emocional, taichí, yoga, pilates,relajación y risoterapia. Se apostará además por la jardinería y el huerto ecológico, actividades de conexión vecinal y de desarrollo de la ciudad y otras de promoción autonomía, vida activa saludable y relaciones con el entorno.

grupo cooperante. «Aquí, en lugar de ver al vecino como rival o enemigo en las comunidades, que suena casi a parodia, lo que se vislumbra es un grupo cooperante. Puede ser un sueño o una utopía pero empezamos el proyecto hace cuatro años. Se comentó a unos 120 amigos y conocidos entre los que inspiramos confianza, pero a la hora de apuntarse es complicado tomar una decisión y quedamos solo 10 unidades familiares en torno a 20 personas», expone.

La idea se basa en diseñar una vivienda para vivir mejor y con más comodidades y servicios. «No queremos que se renuncie a nada de lo que se tiene ahora; es más, es necesario que cada uno siga con su trabajo, si es que se está en activo, con sus aficiones, con sus obligaciones, con sus pasiones. Solo cambia el domicilio principal, que posiblemente será diferente al actual y también se cambia de vecinos y algunos se convertirán en amigos y otros simplemente serán solo vecinos. ¿Qué es una persona colaborativa? Yo lo definiría sencillamente como un buen vecino. Si tu me ayudas, es casi seguro que yo también te ayude», asevera el promotor del proyecto de alojamientos sociocolaborativos.

Proyectos de residencia comunitaria en marcha. El impulsor de la Asociación Junt@s alojamiento sociocolaborativo, Fidel Ramos, explica que movimiento de más éxito de cohousing se desarrolló en un pueblo a unos 50 kilómetros de Madrid. «Lo impulsó un grupo de activistas sociales en una finca que visité y luego les pilló la crisis económica de 2008 y el precio acabó siendo inasumible para mucha gente. Luego surgió una iniciativa más en Málaga que funciona bien pero otras, como la nuestra, conllevan procesos lentos. En el caso de Profuturo, en Valladolid, fue una fórmula exitosa pero allí se buscaron sitios emblemáticos y no se creó una cooperativa al uso con personas impulsoras de un modelo de alojamiento cooperativo, ya que había un grupo inversor detrás», manifiesta.

Fidel Ramos apunta que los costes de inversión iniciales del proyecto con sello palentino El Jardín de las Angélicas serán para la compra del inmueble, las obras de remodelación -totalmente recuperables y transmisibles- así como para el mantenimiento de las edificaciones, funcionamiento de la cooperativa y utilización de servicios en función de su uso o consumo. Para ello se fijará unacuota aún pendiente de fijar en función de la cifra final de socios y las dotaciones complementarias que se vayan necesitando para el proyecto colaborativo.

La estimación de los precios resultantes para que El Jardín de las Angélicas inicie su periplo se han fijado en 150.000 euros para la compra de un apartamento de 2 dormitorios y 130.000 euros para un apartamento de 1 dormitorio. En ese sentido, están realizando gestiones para disponer de líneas de financiación, posibles ayudas y convenios con instituciones públicas, privadas y financieras para viabilizar el desarrollo del proyecto en sus distintas fases.

Dadas las posibilidades del antiguo centro educativo religioso de las Angélicas, pero en la zona privada del recinto, se dispondría de la capacidad de crear más apartamentos a sumar a los 30 iniciales, en otros 2.500m2 que habría que adquirir para habilitar además zonas verdes y huertos urbanos, junto a un espacio destinado a unas 60 plazas de aparcamiento. 

Modelo vallisoletano. El modelo más cercano, el de Profuturo, se creó en Valladolid  en 2002 y fue efectivo en 2011 con el impulso del editor salmantino afincado en Valladolid José María Alaejos, que falleció a los 80 años por Covid-19 en septiembre de 2020. Se basa en un innovador complejo residencial y asistencial para personas con edades entre 50 y 80 años, ubicado en la zona sur de la capital vallisoletana, que conjuga el apartamento privado equipado y diseñado para  una vida comunitaria y atenciones y servicios de una residencia. 

Comenzó a gestarse en el año 2000 con un grupo reducido de personas conscientes de los cambios sociales. El complejo, que se presentó como alternativa a las residencias convencionales, fue inaugurado en abril de 2011.  El fin de la iniciativa es facilitar y mejorar la vida de los residentes y sus familias, fomentando su autonomía, libertad y desarrollo personal, y procurándole todo el respeto, bienestar y calidad de vida posibles a través de una atención personal e individualizada de los residentes.

En general, los socios de Profuturo huyen de los anglicanismos como cohousing porque aseguran que su cooperativa va más allá de una comunidad de viviendas con servicios comunes. Pasa por una alternativa a la residencia convencional y va un poco en la línea del cambio de filosofía que aplica la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades con el modelo En mi casa a través centros multiservicios, abierto a las personas mayores de la zona, y de las unidades de convivencia para los residentes. El modelo  de apartamentos adaptados para mayores Profuturo Valladolid, ubicado en la Urbanización Santa Ana, cuenta con 126 socios y cerca del 80 por ciento actualmente está ocupado y algunas personas viven a temporadas.

Tras Profuturo, el proyecto que más ilusión le estaba dando a José María Alaejos antes de fallecer era la cooperativa Allegra Magna, en el Complejo Fuente Olivo, un innovador espacio residencial y asistencial para personas mayores en Valladolid, que conjuga el apartamento privado equipado y diseñado para las necesidades de las personas mayores, con las atenciones y servicios de una residencia.