El Carnaval del Toro inicia la cuenta atrás con el coso

SPC
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Los mirobrigeneses comienzan a instalar los tablaos en el año que la Junta de Castilla y León ha comenzado los trámites para declararlo Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial

El Carnaval del Toro inicia la cuenta atrás con el coso - Foto: Vicente ICAL

El montaje de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, arrancó este viernes con la vista puesta en la celebración del Carnaval del Toro, una cita festiva que está señalada entre el 17 y el 21 de febrero. Operarios municipales comenzaron hoy a afanarse en la instalación de los tablaos que conforman el coso mirobrigense en el año en que la Junta de Castilla y León ha comenzado los trámites para declararlo Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial.

La publicación en el Bocyl del procedimiento, fechada hace apenas un par de semanas, recoge que la construcción de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo constituye un "singular ejemplo de arquitectura efímera" que, efectivamente, se monta y se desmonta íntegramente cada año en la Plaza Mayor, "siguiendo un modo de hacer artesanal transmitido y mantenido como patrimonio vivo de generación en generación desde el siglo XV, expresión significativa de la forma de vida de una comunidad, seña de identidad y cohesión de los vecinos que tradicionalmente se ha desarrollado en esta localidad".

Desde el siglo XV, la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo ha sido el "referente taurino y el enclave oficial" para la celebración de todo tipo de festejos, si bien, según el Bocyl, las primeras fuentes documentales que relacionan la configuración y el desarrollo de festejos taurinos con el Carnaval son del siglo XVIII. En 1732 el Ayuntamiento fijó los eventos taurinos en torno a las carnestolendas, celebración que tiene lugar inmediatamente antes del inicio de la Cuaresma cristiana, que coincide con el Miércoles de Ceniza y con fecha variable entre enero y marzo según el año.

La primera referencia documental encontrada en el Archivo Histórico Municipal, en relación con los espectáculos taurinos y los tablaos, está fechada en 1418 y documenta el pago de Bertol Sánchez, arrendatario del piélago o tramo de río junto al Puente Mayor, en concepto de alquiler de la talanquera y las tablas, con motivo de la celebración de la festividad de San Juan. Asimismo constan por primera vez en el libro de acuerdos municipales de 1770 las partidas de gastos e ingresos pormenorizados del desarrollo de un carnaval con la contratación y explotación de la plaza.

Sobre la riqueza inmaterial de los tablaos, la Junta destacó en su procedimiento que dentro de las celebraciones relacionadas con el Carnaval del Toro se ha desarrollado un "rico patrimonio cultural" que se refleja en la música popular, costumbres y tradiciones. De hecho, lo más destacable que constituye el objeto de este expediente de declaración de interés cultural es, precisamente, la construcción del coso taurino, en concreto, su artesanal proceso constructivo.

En su construcción participan los ciudadanos mirobrigenses organizados en diferentes gremios, dirigidos por una sabiduría tradicional que pasa de padres a hijos y de unos adjudicatarios a otros, con la experiencia de cientos de años en la construcción de un entramado "perfecto y seguro" de vigas, tablas, largueros, forros y cuñas, todo bien aferrado con las conocidas puntas de 'veinte-ciento' y alguna otra brida, que deviene en un cuadrilátero constituido en poco más de tres días por 47 tablaos y cinco puertas.