Una tierra de recuerdos

César Ceinos e Ismael Martín
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La periodista rememora los lugares de la provincia donde fue y es feliz

Una tierra de recuerdos

1.Villaherreros. «Es el pueblo de mis abuelos, el lugar donde nació mi madre y, como no puede ser de otra manera, está entre mis sitios favoritos del mundo. Es la típica localidad castellana, rodeada de tierras de secano, que para mí guarda un montón de aventuras en mi infancia, historietas en mi adolescencia y está muy presente en mi vida actual. Estoy muy orgullosa de poder participar de un lugar dinámico y activo que siempre está en movimiento para hacer disfrutar a sus gentes. Estar en el pueblo me hace feliz».

2.Bodegas de San Pedro. «Casi un centenar de bodegas, la mayoría con su respectivo merendero, forman este conjunto ubicado en el alto de San Pedro en Villaherreros. Un sitio al que acudimos a merendar con nuestros amigos y también con la familia. Sin duda, es el gran patrimonio de los villaherrerenses. Además, goza de una ubicación privilegiada, ya que en los días más despejados ejerce como mirador de la Montaña Palentina y de varias decenas de pueblos de alrededor». 

3.Villovieco.  «Este es el pueblo de mi abuela Fe, el lugar donde mi padre disfrutó de su infancia y donde yo hice también lo mismo con la mía. Pasar las tardes jugando con mis primos, bañándonos en la piscina o subiendo a las bodegas con la bici eran citas obligatorias cada verano. Ahora, ha pasado a ser el lugar al que acudo para visitar a mi familia y charlar un rato con mi abuela mientras me enseña sus flores en el patio».

4.Plaza Mayor. «Siguiendo con mi infancia, la plaza Mayor de Palencia es un lugar imprescindible que guardo en mis recuerdos. Mi tía María José me enseñó a saltar a la comba sobre esos adoquines y mi madre pasó tardes y tardes acompañándome en esa plaza para que pudiera jugar con mis primos. Pese al paso de los años, continúa siendo un sitio muy especial: allí soy testigo de charlas y muchas risas en la vuelta a casa tras una noche de fiesta. También es el escenario de los conciertos más divertidos (a la vez que calurosos) del Festival Palencia Sonora».

5.Universonoro. «Como buena disfrutona, un bar no podía faltar en esta lista. El Uni es uno de mis favoritos de Palencia, donde he bailado, cantado, bebido y disfrutado de los conciertos de algunos de mis artistas favoritos españoles. Junto a él se encuentra el Jimmy Jazz, otro de mis imprescindibles, que ha sido y sigue siendo testigo de las tardes y noches (y también mañanas) de fiesta más divertidas de mi vida en la ciudad».

6.San Salvador de Cantamuda.  «Desde pequeña, y hasta hace no mucho, hacía un viaje a Potes con mi familia cada mes de octubre. El atrio de la colegiata de San Salvador de Cantamuda era siempre nuestra parada para comer el bocadillo antes de llegar al destino. Pocos lugares hay tan bonitos como esta iglesia románica para hacer un alto en el camino, ¿no?».

7.Mirador de Piedrasluengas. «Si la comida en San Salvador era de  carácter obligatorio, la parada en Piedrasluengas lo era más si cabe. Daba igual el tiempo que hiciera ese día. Es un sitio que hasta con niebla es mágico. Cuando hace un día con cielo despejado, el mirador de Piedrasluengas ofrece unas vistas impresionantes de Cantabria desde Palencia, y en el que la espectacularidad que presenta la Montaña Palentina cobra todo su significado».

8.Carrión de los Condes. «Es uno de los municipios más destacados de la provincia y guarda grandes emblemas arquitectónicos entre sus calles. Además, resulta un lugar imprescindible en mis veranos de la adolescencia, con las interminables tardes de verano en la piscina y las noches de fiesta con mis amigas del pueblo».

9.La Casa Pequeña.  «Un porrón, una bolsa de pipas y buena compañía. Es lo único que hacía falta en este mirador ubicado en el monte El Viejo, en Palencia. El porrón ahora ya no lo sirven, pero se puede subir igualmente a disfrutar de las vistas, el atardecer y de una agradable charla entre amigos».

10.La Mejillonera.   «Esta lista de lugares favoritos no podía terminar sin que se escuchara: ¡Escoceeeeeesa! Las mejores patatas bravas de la ciudad, las salsas más ricas y un buen ambiente. Ir a La Mejillonera con cualquier persona de visita es una elección acertada con total seguridad. Tomar allí unas raciones una tarde de viernes también lo es. Larga vida a La Meji».