Las cuartetas de unos auténticos poetas

DP
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Los quintos de San Cebrián de Campos recitan coplas con motivo de San Antón, caracterizadas por un talante «humorístico, desenfadado y crítico a la vez», según la filóloga Weber-Antón

Las cuartetas de unos auténticos poetas - Foto: DP

Un año más, con motivo de la festividad de San Antón, los quintos de Cebrián de Campos recitaron las tradicionales cuartetas o coplas. Como explica María Victoria Weber-Antón -filóloga e investigadora de la oralidad, natural de la localidad pero que reside desde hace 40 años en Suiza- el objetivo final es «divertir» a los asistentes de manera «amena» e «ingeniosa» y «formar comunidad» en un día festivo. A su juicio, en esta poesía confluyen dos propiedades aparentemente paradójicas pero esenciales, el carácter individual y comunitario al mismo tiempo. «El discurso individual y colectivo se entrelazan en estos versos y el uno no puede ser entendido sin el otro», asegura.

Victoria Pastor, Rebeca Martínez, Lucas Santibáñez, David Caperuchipi, Elisa Amor, Francisco de la Puente y Eduardo Gallinas fueron los quintos que ayer deleitaron con sus versos a los asistentes  y así contribuyeron a mantener viva la tradición.

 La estructura de estos poemas es similar. El recitador suele comenzar su cuarteta presentándose al público, para después abordar diversos temas, como  la vida del pueblo a lo largo del año.

«En la cuarteta de una quinta / si algo no puede faltar /es dedicar unos versos /a los chicos de San Cebrián». «La gomina en el pelo /el cubata en el vaso / y si hay fútbol en la tele / no nos hacéis ni caso». «Mocitos pinchorreros / chavalitos del lugar / esforzaros un poquito / a la hora de ligar», fueron algunas de las cuartetas recitadas. «Un año llevamos de guerra /luchan por territorios y soberanía / pero siempre son los mismos /los que sufren cada día». «Del cambio climático decir / que no podemos esperar / pero los poderes económicos /lo quieren alargar», fueron otras, así como «San Cebrián es nuestro pueblo / aquí estamos genial /tenemos servicios básicos /que debemos conservar». «Ni siquiera pa las peñas / hay quien deje su local / y eso que sin nuestro apoyo / ¿quién las iba a organizar?» y  «Ya yendo al fina / ahora yo les invito / a dejar buena propina / que nos hacen un favorcito», decían otras de las cuartetas recitadas.

En las cuartetas se pasa revista a la vida del pueblo a lo largo del año. En esta crónica o relato de sucesos los temas locales son primordiales, los cuales, ejercio tras ejercicio, van conformando la memoria colectiva de este pueblo. 

«Lo que en estos poemas interesa no es el mero relato de los sucesos o acontecimientos, sino la visión que cada recitador nos da de ellos. Por eso, más que el contenido o los temas de las cuartetas en sí, lo importante es cómo son tratados. Están hechos con una perspectiva crítica, donde la reivindicación cobra cada vez más fuerza», incide María Victoria Weber-Antón, quien añade que «la identificación de los pinchorreros con su pueblo y sus valores, por una parte, y el buen humor en un día de fiesta, por otra, son motivos esenciales para que la tradición de las cuartetas se siga manteniendo con éxito a lo largo de mucho más de un siglo».

El humor es el eje vertebrador de estos versos y no hay cuarteta que se precie de serlo que no recurra en mayor o menor medida al procedimiento humorístico. «Ingeniosas metáforas humorísticas junto a las interrogaciones retóricas otorgan a nuestras cuartetas un talante jocoso», asevera.