Cómo invertir

Ical
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El director de inversiones de BBVA Banca Privada y presidente de CFA Society Spain, Enrique Marazuela, analiza el perfil del inversor medio de la Castilla y León y da las claves para conseguir mayor rentabilidad al dinero

Cómo invertir - Foto: Brágmo

Invertir dinero puede ser una tarea complicada. Dónde, cómo hacerlo, con qué riesgo, en qué productos. Todas estas son cuestiones que sabe contestar como nadie Enrique Marazuela, director de inversiones de BBVA Banca Privada y presidente de CFA Society Spain que, además, conoce muy bien la mentalidad y la forma de ser del castellano y leonés por su vinculación familiar a Palencia. Así, afirma que el inversor de la Comunidad es «conservador», más aún después de la crisis económica que ha sufrido España. Pero, asegura, hay que hacerle ver que el éxito está en «diversificar» la inversión y en mirar más allá de nuestras  fronteras.

Marazuela tiene una fuerte vinculación palentina a través de su familia materna. Su madre nació en Palencia en el seno de una familia con una larga tradición mantera, los Fernández. Un tío abuelo suyo, Antonio Casañé, fue presidente de la Diputación. Y su bisabuelo, Demetrio Casañé, fundó la fábrica de mantas que llevaba su nombre -hoy ya extinta- y fue alcalde de Palencia, «algo de lo que siempre estuvo muy orgulloso», dice Marazuela.

El directivo pasó muchos veranos de su infancia en la capital palentina y siempre, asevera, ha tratado de inculcar en sus hijos esas raíces. A pesar del tiempo que ha pasado en Palencia, aún se sorprende de la calidad de vida que se disfruta en esta y en otras ciudades de la Comunidad de parecidas características. «Tardo menos en llegar a Palencia en AVE que a muchos sitios de Madrid en coche desde la oficina y una vez allí todo está a mano», asegura. 

Marazuela traza un perfil del inversor medio de la Comunidad, que «normalmente» tiene un patrimonio heredado, «un patrimonio familiar que ha pasado de padres a hijos» o un patrimonio que han levantado «asociado al sector inmobiliario». A este respecto, desde su experiencia, considera que el constructor y el promotor inmobiliario es normalmente «arriesgado en su negocio», pero después de la enorme crisis del ladrillo que atravesó España hace unos años «se ha vuelto  conservadores».

Se trata de hacer ver al inversor que «no es tanto  cuestión de ganar dinero como de no perderlo», buscar una rentabilidad que al menos compense la inflación a medio plazo para que no se coma nuestros ahorros, porque «si pierdes capacidad adquisitiva estás perdiendo dinero».

A su juicio, la «cartera típica» del cliente no sofisticado son «los cuatro valores que le han colocado de los años 90 y que no ha tocado y liquidez; a lo sumo algún bono del Tesoro que ahora mismo no pagan nada». Así que, explica, su trabajo consiste en hacer ver al cliente que está perdiendo los beneficios de la «diversificación», es decir, que las posibilidades no terminan en «el depósito, la letra del Tesoro y el bono del Estado», sino que hay mucha gama, como «el bono de alta rentabilidad» que mas allá de su mala prensa -se le conoce como bono basura- ofrece interesantes posibilidades ya que, asegura, «no son compañas quebradas sino compañías con una calidad crediticia no tan buena como otras». En este sentido, asegura que lo interesante es combinar. «Un poco de bonos de alta rentabilidad con Bbonos emergentes, por ejemplo». Esos bonos emergentes, aclara, no se refieren a  «países que vemos que han quebrado sino a países que están creciendo», sobre todo en Asia donde «hoy por hoy», salvo Japón y Corea del Sur, todos los demás países son «emergentes». 

Al final, argumenta, se trata de conseguir una cartera de inversión «equilibrada», donde por cada «unidad de riesgo tengas la máxima rentabilidad». Por otra parte, añade, hay que hacer entender al inversor que es necesario contemplar la situación con amplitud de miras