Más ausencias que presencias. La conmemoración el próximo sábado en Sevilla del 40 aniversario de la gran victoria de Felipe González en las elecciones generales, un acto con el que el PSOE quería sacar músculo de cara al año electoral que se aproxima, se está convirtiendo en un espejo que refleja la existencia de dos sensibilidades divergentes.

El propio Alfonso Guerra (que el lunes, con su ironía crítica, obligó a la dirección a rectificar por no haberle invitado a la celebración) se encargó ayer de ponerle un titular bien preciso: «El PSOE es otro partido, echo de menos el anterior», reconoció nostálgico el exvicepresidente del Gobierno. En Ferraz no ocultan su malestar con él. «Me gustaba más el Guerra de antes», apuntó un destacado dirigente.

El que fuese hombre fuerte del socialismo ha obligado al partido a variar su hoja de ruta. De hecho, anunciaron ayer que reservarán la primera fila del acto en Sevilla a Alfonso Guerra y a los cabezas de lista de 1982 en Andalucía. 

 Lo cierto es que este acto se celebrará con la ausencia de barones destacados como los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y Valencia, Ximo Puig, mientras que otros como el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y Castilla-La Mancha, García-Page, son duda.

 Ximo Puig no irá por motivos de agenda, mientras que en el caso de Javier Lambán, aprovechará el fin de semana para preparar el debate del Estado de la Comunidad que tendrá lugar la semana que viene. Otro que no asistirá es el secretario general del PSOE en la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, que alega problemas de transporte.

Fernández Vara no ha confirmado aún su asistencia por coincidir con un evento familiar (una boda), y García-Page es duda al tener una «agenda muy complicada».

Tampoco acudirá el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, pues mañana viajará a Brasil para acompañar al candidato Lula da Silva en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Sí, lo harán Felipe González y Pedro Sánchez.