En los dos años que José Bedmar, Chefo, lleva en la disciplina del Deporcyl Guardo, nunca había alcanzado un pico de forma tan alto como el que vive ahora mismo. 

El navarro, que llegó en febrero de 2020, está firmando su mejor temporada en el Alto Carrión. En la pista parece como tocado por una varita mágica: desborda, asiste y marca. Suma 13 dianas para los de Guardo. Esas fueron sus cifras totales en todo el pasado curso.

 Cinco de esas 13 han llegado en los tres últimos choques, los disputados desde que empezara 2022. Dos ante el Cidade de Narón en Saldaña, otro doblete ante el Santiago Futsal en el reestreno de la Bombonevera, y una más en la visita al Segosala, donde además asistió a Albertín para el momentáneo 3-4.

«Me están saliendo los regates, y las que antes no me entraban, ahora sí», comenta el ala guardense.

CONFIANZA. Para Chefo, su actual estado de forma se debe a varios factores. «El año pasado no estuve fino. Soy de sangre caliente y a veces no me podía controlar, y me sentía un poco perdido. Mi familia, mis amigos y mis compañeros de equipo me han ayudado a recuperar la confianza. Quiero recordar especialmente a Cribi y a Juanmita, que ya no forman parte de este equipo, pero fueron artífices de que yo me tranquilizara y me encauzara. Ahora espero poder seguir manteniendo ese autocontrol durante el resto de mi carrera», reflexiona Chefo.

El 11 de los de Jandro Álvarez valora mucho la paz mental que atraviesa. «Se nota que ahora estoy feliz y a gusto aquí. El físico es un plus, pero la cabeza es lo más importante para rendir», explica el navarro.

Chefo espera seguir en esta buena dinámica en su próxima cita con el Deporcyl, en el que recibirán al Coruxo vigués. «Allí nos sobrepasaron, pero hay que demostrar que solo fue un tropiezo. Personalmente, me encantan estos piques. Ellos nos ganaron allí hace unos meses, pero nosotros tenemos ahora la revancha», señala.