Educar contra la violencia de género

EFE
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La formación sobre igualdad es minoritaria en España, a pesar de que implantarla reduciría el riesgo de que las niñas fueran futuras víctimas

Manifestación para denunciar la violencia machista en Barcelona. - Foto: Toni Albir

Abordar la violencia de género en el entorno escolar reduce el riesgo de que las adolescentes puedan ser víctimas de ella en el futuro. Sin embargo, pese su efectividad, la formación sobre igualdad y prevención de esta lacra es minoritaria en España. Una cuestión que los expertos ponen sobre la mesa, con motivo de la celebración hoy del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Según el informe Menores y violencia de género, de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, solo el 12,3 por ciento de los profesores que trabajan con adolescentes tienen formación en prevención de violencia machista y un 18, en materia de coeducación, igualdad y prevención del sexismo.

Los datos son aún menores en formación en educación afectivo-sexual (10,5 por ciento), en prevención del abuso sexual (3,6 por ciento) y en violencia doméstica y maltrato infantil (3,4 por ciento).

El estudio refleja que una «inmensa mayoría de los docentes» estima que hay que disponer de programas y materiales bien elaborados para incorporar este tema en los planes integrales de los centros educativos. En concreto, lo defiende el 95 por ciento de los profesores , frente a solo un 4,6 por ciento que no lo ve necesario.

Rosa, maestra y jefa de estudios de un colegio público de Madrid, explica que la prevención de la violencia de género y de otras violencias es un tema transversal del currículo educativo y también forma parte de Educación en valores sociales y cívicos.

Sin embargo, lamenta que son asuntos «difíciles de tratar con los niños» de forma específica sin recibir formación especializada y que, al no darse ésta, en muchas ocasiones no se suelen abordar.

La falta de tiempo para completar los temarios, de formación, el sexismo existente en la educación familiar y la insuficiencia de medios son los principales obstáculos que encuentran los profesores para tratar las violencias machistas en las aulas.

Un asunto crucial, ya que según el informe el trabajo de los centros educativos contra esta violencia reduce el riesgo de las chicas de ser víctimas, especialmente el de aquellas que se han visto expuestas ya a la violencia en su corta vida en el ámbito familiar.

En este sentido, el sindicato educativo STES ha elaborado una serie de propuestas didácticas para trabajar en las aulas la discriminación y a las violencias machistas. Además, este colectivo ha hecho un llamamiento a todos los agentes de la comunidad educativa «invocando la trascendencia y la magnitud» de la formación para erradicar «una de las mayores y más perniciosas lacras» del planeta.

Bajo el lema No solo el virus mata, STES ha creado materiales y estrategias ajustadas a todas las etapas educativas para que el currículo no sea sexista, acabe con la histórica invisibilidad de la mujer y contribuya a la igualdad.

Entre sus objetivos también está detectar y combatir situaciones y conductas que conducen a la violencia, sensibilizar sobre la existencia de micromachismos y formar en un manejo adecuado de las nuevas tecnologías. 

 

Renacer

Recuperarse de la violencia de género exige reconstruir una vida devastada por un «tsunami», un camino de reparación complejo que algunas víctimas emprenden desde cero, en ocasiones junto a sus hijos, en los pocos centros de atención y recuperación integral que hay en España.

El Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas, gestionado por la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, ha acompañado durante casi tres décadas en ese proceso a más de 850 víctimas y 800 menores.

Un lugar seguro, ilocalizable, que se convierte en el hogar de mujeres que llegan huyendo del maltrato y que abandonarán el centro, tras 18 o 24 meses de estancia y con un programa personalizado para su recuperación, con las herramientas necesarias para comenzar una vida plena y libre.