Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Política de estado

16/02/2022

España pierde peso. Es muy evidente en el plano internacional, apenas se tiene en cuenta nuestro país, peso también los políticos españoles acrecientan su desprestigio en el plano nacional, Sobre todo entre los ciudadanos de cierta edad que tienen referencias con las que comparar a los dignatarios actuales con los de hace unos años. No digamos con los de la Transición, que tantas lecciones pueden dar a los actuales aunque los actuales los desprecian abiertamente.

Los que tenemos, los que sufrimos, no es que sean de una mediocridad aplastante en cuanto a su visión política, sino que su incapacidad para gobernar y para hacer oposición, su escaso afecto al país en el que viven y en el que ocupan cargos de máxima responsabilidad, ha provocado que el presente y el futuro se encuentre condicionado por partidos de extrema izquierda y extrema derecha, independentistas y nacionalistas. Dos partidos que eran sólidos, PP y PSOE, hoy no tienen más objetivo que el poder. Ciudadanos empezó con muy buen pie, un partido centrado y liberal, pero la sucesión de torpezas de su máximo dirigente, Albert Rivera, lo desarboló hasta convertirlo en casi extraparlamentario. Será difícil que se recupere, aunque tanto Arrimadas como Edmundo Bal, Garicano y algunos más merecían tener papel en la política nacional, porque demuestran capacidad sobrada. Sin embargo, han quedado contaminados por el mal hacer de quien fue su líder.

En una situación como la de hoy se advierte más que nunca la falta de altura de miras de quienes hoy representan a los españoles. Han sido votados, y hay que respetar el resultado de las urnas, pero es inevitable recordar que los ciudadanos han sido víctimas de engaños y mentiras, tanto de los propios políticos como de algunos medios de comunicación con papel activo e interesado en promover candidaturas y partidos.

Se han encendido las alarmas por el avance de Vox en Castilla y León, pero nada se dice de quienes han blanqueado a Podemos, Bildu o los independentistas. A España no le conviene Vox por su radicalismo y sus iniciativas que van contra la igualdad y la solidaridad, pero peor son los que arremeten contra quienes no piensan como ellos y persiguen a quienes defienden la Constitución y el cumplimiento de las leyes, como hacen los socios del gobierno.

Sánchez y Casado tienen una oportunidad de oro para demostrar que son capaces de dejarse la piel para defender los intereses españoles. Se entiende en Casado la insistencia en no gobernar con Vox, porque le resta votos, aunque Génova pone excusas ideológicas. Pero no se entienden las excusas de un Sánchez que gobierna con el apoyo de partidos que no aprobarían el examen de democracia. Los dos políticos darían un salto cualitativo en su biografía si fueran capaces de llegar a un acuerdo para desterrar de las instituciones a los extremistas. A Vox ahora, pero también a quienes buscan la destrucción de España.