El cine de Arturo Dueñas

Fernando Pastor
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/ Cerrato Insólito

El cine de Arturo Dueñas

El próximo sábado tendrá lugar en Valencia la gala de los Premios Goya, que organiza la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Entre los nominados figura el cortometraje documental Dajla: cine y olvido, dirigido por Arturo Dueñas Herrero, y cuya mezcla de sonido además se realizó en Dueñas. Todo cerrateño.

Dajla: cine y olvido relata la vida de los refugiados saharauis, desde hace décadas en medio del desierto, y el papel del cine, en concreto el festival Fisahara (Festival Internacional de Cine del Sáhara Occidental), en la tarea de dar a conocer la situación que viven. Dajla es el nombre de uno de los campos de refugiados.

Este documental se estrenó en octubre de 2020 en el Festival de Cine de Madrid, donde obtuvo el premio al Mejor Cortometraje de la Plataforma de Nuevos Realizadores «por su poesía, por plasmar realidades sociales y transportarnos a un mundo diferente al nuestro. Por su calidad cinematográfica y el tratamiento técnico. La fotografía y el sonido juegan a favor del aspecto narrativo», en palabras del jurado. Con posterioridad ha recorrido más de 150 festivales de todo el mundo, cosechando decenas de premios, e inscrito como candidato a los Premios Óscar.

No es la primera obra de Arturo Dueñas sobre el conflicto saharaui, ya que en 2014 presentó Misión: Sahara, sobre brigadistas españoles desplazados dos años antes a Marruecos y a los territorios ocupados Sahara Occidental tratando de recabar información de los sectores partidarios de la descolonización y documentando la represión que sufren los saharauis.

Arturo Dueñas nació en Esguevillas de Esgueva el 10 de septiembre de 1962. Se aficionó al cine desde muy pequeño gracias al cine ambulante que llevaban los húngaros a la plaza o al salón de actos, y a las películas que veía en la televisión.  Hasta los 13 años no tuvo ocasión de acudir a un cine comercial en Valladolid.

Como regalo de Reyes tuvo el Súper Cinexin y un proyector NIC. Mediante una manivela iba pasando una tira de papel translúcido con imágenes dibujadas en dos líneas diferentes que un obturador las alternaba para dar sensación de animación, alumbrado por una bombilla. No se quedó ahí sino que pegaba con cola los cromos de los chicles para enroscarlos cual tira formando así sus propias películas.

Estudió Filología Hispánica en Valladolid, lo que le llevó a ejercer de profesor de Lengua y Literatura Española en Estonia, Hungría, Brasil y Portugal, para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. 

En la actualidad ejerce de director de Biblioteca en la Universidad de Valladolid, labor por la que ha recibido la Insignia de la UVA por su dedicación.

Se empapó de cine en las salas de arte y ensayo, con la idea fija de poder dirigir alguna película. Hizo cursos de cine, de cámara, de actor… obteniendo la diplomatura en Cinematografía por la Universidad de Valladolid, un Master de escritura de guión por la Universidad de Salamanca y el Filmaking Course de la New York Film Academy.  

Comenzó haciendo cortometrajes: Un paseo en Rolls, (protagonizado por vecinos de Esguevillas). Rum, rum, rum, (sobre las protestas contra la brutalidad policial en Nueva York), Dulce Compañía, Pucela Square (varias historias entrecruzadas), Anagnórisis (el protagonista busca su identidad y la de sus entorno), Segunda luna de miel (sobre la violencia de género), etc.

En largometrajes, el primero fue Aficionados, con actores no profesionales a los que Arturo solicitó que cada uno escribiera su personaje basado en su vida personal para que fueran más auténticos, e incluso los diálogos en el rodaje fueron improvisados. No se conoce un caso con un planteamiento de este tipo, y sirvió para que cada actor y actriz reflexionara sobre su vida y la encarara de otra forma. «Aficionados a vivir porque la vida no es apta para profesionales» es la frase promocional de la película, que trata de un grupo de personas que se reúnen semanalmente en un taller de teatro para cultivar su afición favorita y de paso suplir sus carencias afectivas.

La cinta obtuvo record de recaudación en el cine español ese año. Participó en una treintena de festivales internacionales y obtuvo varios premios.

Después de esta película, Arturo realizó varios documentales.  Corsario, sobre el mítico grupo de Teatro del mismo nombre y el ambiente social y político de Valladolid en el que esta compañía ha desarrollado su trabajo durante los últimos 40 años. 

El banco de la memoria, en el que personas mayores iban desgranando sus recuerdos sobre sus oficios, sus diversiones… sus vidas en definitiva. 

Tierras construidas refleja la vida y obra del pintor Félix Cuadrado Lomas: su infancia de posguerra, su juventud bohemia, sus cuadros de los paisajes castellanos como determinantes para las personas que los habitan, etc.

 El Tafarrón, sobre las mascaradas de Pozuelo de Tábara (Zamora), pero enfocando la emigración y la despoblación. 

Viví en un palacio, recogiendo las vivencias de niños que en su día vivieron en el Hospicio Provincial de Valladolid.

A medio camino entre ficción y documental está Pessoas. Arturo Dueñas sacó una fotografía en la conmemoración del Primero de Mayo en Santiago de Cuba en 2007 y más de una década después decidió volver a Cuba y recorrer la isla en busca de la mujer que destacaba en esa fotografía, sin más pistas. La cinta se cuestiona la ética de las imágenes robadas sin permiso en los viajes, y refleja la sociedad cubana tras la muerte de Fidel Castro. También careció de diálogos escritos en aras a la improvisación.

Todas las obras de Arturo Dueñas han sido exhibidas en numerosos países y han cosechado innumerables premios en los más importantes festivales relacionados con la cinematografía.

Actor (ha actuado como tal en varias películas), director, productor, editor y guionista, Arturo ha sido nombrado Académico de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y su productora, La Esgueva Films, ha obtenido el Certificado de Excelencia.