Antonio Álamo

Antonio Álamo


Contrastes

04/08/2022

Las imágenes de Olena Zelenska y Volodímir Zelenski publicadas en un reciente reportaje de la revista Vogue ofrecen contrastes curiosos que han generado cierta polémica cuya repercusión tardará en difuminarse, más que nada porque ese trabajo periodístico -catalogado como entrevista- reaparecerá en la edición de papel que saldrá a la calle en octubre. Las reacciones encontradas que ha provocado se entienden perfectamente cuando se contemplan en la edición digital. Basta con observar algunas escenas donde se entremezclan tragedia, glamur, edificios en ruinas, palacetes, vestimenta militar y ropajes de fina costura. Y todo en un país sumido en un conflicto militar, con un índice de corrupción al que apenas se alude, con un conocido afán por integrarse en la UE y que además cuenta con la ayuda europea en términos militares y económicos.
Es fácil comprender las razones de quienes apoyan o critican esta exhibición (otro vocablo encajaría peor) de -según unos- dudoso gusto para muchos de los ciudadanos de los países que pueden encontrarse con serias dificultades para el abastecimiento de materias primas, o acertada y oportuna -según otros- puesto que da a entender que el papel de la primera dama ya no es menor ni ornamental, como sostiene quien ha elaborado el texto. «Se mostró franca, digna y elegante», añade. Como puede verse, queda claro que las ucranianas tienen enemigos no solo en el territorio ruso sino también en otros muchos lugares de Occidente. 
El reportaje ofrece serios visos de tratarse de una operación de imagen más, similar a las descritas por María José Canel en Comunicación política (Tecnos. 2006) y por Javier del Rey Morató en Comunicación política, Internet y campañas electorales (Tecnos. 2007). Encajaría perfectamente en ambas obras aunque también invita a pensar que su gestación no se deba a un interés puramente noticioso. Cabe otra posibilidad… tal vez la figura del marido de la primera dama empieza a ser tan cuestionada en Occidente que quizá el desgaste que experimenta necesitaba una reparación. Máxime ante la inquietud creciente entre los ciudadanos de la UE, temerosos tras escuchar los anuncios apocalípticos que este profeta proclama día tras día si no se le presta ayuda.