Antonio Casado

CRÓNICA PERSONAL

Antonio Casado

Periodista especializado en información política y parlamentaria


Dos ministras

08/03/2022

Colgados de la pancarta del "No a la guerra", los principales dirigentes de Podemos, el partido coaligado con el PSOE en el Gobierno, se declaran objetores del envío de ayuda militar al pueblo ucraniano, que resiste desde hace doce días la injustificable invasión de su territorio a mayor gloria del tirano que responde al nombre de Vladimir Putin.

El número dos de ese partido, Pablo Echenique, así como la secretaria general, Ione Belarra, consideran un error el envío de armas ofensivas (lanzagranadas y ametralladoras en el caso de España) porque, según ellos, eso alimenta la escalada militar y no resuelve nada.

El colmo ha sido escuchar a Belarra, que es ministra de Sánchez, diciendo que el PSOE es "el partido de la guerra". Sin embargo, en su intervención del domingo pasado ante el comité federal de su partido, Pedro Sánchez solo hizo alusiones indirectas a la insensata posición de sus socios. Solo medias palabras sobre quienes, además, piensan usar los altavoces del Día de la Mujer para acusarle de echar leña al fuego. Las ministras Montero y Belarra llevarán a este 8-M el "no a la guerra" y el reproche a países que rearman el brazo de los ucranianos. España, entre otros.

En su discurso del domingo ante los suyos, Sánchez no aludió a la idea de las dos ministras por un Día Internacional de la Mujer colgado de la pancarta pacifista. Pero no dejó de ratificar el compromiso de su partido y la suya personal con la causa del feminismo. "No hay socialismo sin feminismo", dijo, antes de explayarse sobre la necesidad de distinguir entre agresor y agredido, pues "la agresión salvaje partió de Putin" -dice-, no de las ametralladoras que enviamos a los agredidos.

Aparte de su benevolencia con las dos ministras, la posición del Gobierno ante la agresión rusa a Ucrania es, en mi opinión, la justa: rotunda condena de la invasión, solidaridad con el pueblo ucraniano, defensa de valores europeos amenazados por Putin e inequívoco alineamiento con la respuesta unitaria de la UE frente a las inaceptables pretensiones expansionistas de quien apuesta por el autoritarismo frente a quienes apostamos por las libertades democráticas.

La pelota está en el aire y el desenlace no se divisa a corto plazo. Ahora los analistas se centran en saber cómo cursará el ataque de contrariedad que sufre Putin por no haber conseguido sus objetivos en una operación militar rápida.

Puede que las sanciones económicas, la inesperada resistencia de los ucranianos, el aislamiento internacional y la estigmatización de la marca Rusia le hayan convertido en un animal acorralado que, en el mejor de los casos, busca una salida, y en el peor, si no le frenan desde dentro, nos amarga la vida redoblando su apuesta militar.