Richi Olalla: de vuelta a casa

César Ceinos
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Instructor en el Club de Tenis Chamartín durante 19 años, regresó a su tierra de origen en septiembre y ahora da clases en Saque Pádel, Club Jotaeme y en Saldaña

Richi Olalla - Foto: Sara Muniosguren

A pie cambiado. Así puede definirse al palentino Richi Olalla Santamaría (1978), que tras 19 años trabajando en Madrid volvió el pasado mes de septiembre a Palencia, su tierra de origen, y desde octubre trabaja de instructor de pádel y tenis en Saque Pádel, en el Club Jotaeme y en Saldaña.  

Antiguo alumno del Blas Sierra, se marchó en 2003 a la Villa y Corte después de estudiar Ciencias Empresariales en la Universidad de Valladolid. Buscaba trabajo y, por suerte, lo encontró, pero de algo que no esperaba, monitor en el Club deTenis Chamartín. Para los no entendidos, esta sociedad «es una de las cinco mejores de España», según asegura el propio Olalla. Iniciarse en el deporte de la raqueta en el Jotaeme y jugar a nivel regional cuando era joven le sirvió para labrarse su vida laboral durante su etapa adulta.Comenzó impartiendo cátedra durante dos horas, aunque acabó recibiendo la confianza de los miembros del club y pasó a trabajar a jornada completa.

Pero su vida giró 180 grados con el estallido de la pandemia de coronavirus. Se volvió a Palencia y conoció a una palentina, Elena, con la que acabó casándose. Este cambio en su estado civil provocó que decidiera abandonar la vida que llevaba en Madrid y se trasladase a la localidad del paseo del Otero. En la gran urbe madrileña dejó muchos amigos y un club que distinguió su labor «de una manera que solo hacen a jugadores reconocidos». Regresó a la tierra en la que empezó a jugar sus primeros sets con una experiencia profesional en la que, además, ha conocido a famosos de todo tipo, pero asegura que, en muchos aspectos, empieza «de cero». Eso sí, lo hace «muy contento» y con una ilusión desbordante. Ambas ciudades son muy distintas y lo lleva comprobando desde el otoño. 

Por ejemplo, comenta que a orillas de Carrión hay más afición por el pádel que en la ribera del Manzanares, donde el tenis supera al deporte de las paletas.

En Saque Pádel, como su nombre indica, solo da clases de ese deporte; en cambio, en el Jotaeme y en Saldaña imparte lecciones de ambas disciplinas deportivas. En los tres lugares, asegura, puede decir que «son muy agradecidos». Sus primeros pasos laborales en Palencia están siendo muy satisfactorios y, en la actualidad, uno de sus grandes objetivos es darse a conocer entre los aficionados al tenis y el pádel. Para el futuro también tiene planes, entre ellos montar una pequeña escuela. Sabe que hay que ir «paso a paso», pero, por ahora, está «muy feliz de volver a casa». 

Lamentablemente, son más los que se van de la provincia que los que vuelven. Por esa razón es un hombre a pie cambiado. Ha cumplido el sueño de muchos palentinos en la diáspora: regresar a su ciudad.