Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Mujeres

13/03/2022

La historia de algunas naciones es la de los desmanes cometidos en nombre de las ideologías donde las mujeres, por tradición, son las víctimas. Intento entender a las mujeres, pero no a todas, pues eso de blandir feminismo donde hay interés y división impulsados, ni lo entiendo, ni le encuentro justificación alguna. Hay cosas imposibles de imaginar, sobre todo, cuando el trasfondo es el poder. Lo curioso es que nadie sabe el valor que dan a sus vidas aquellas féminas que callan y se avienen a que otras planifiquen su camino con elevada dosis propagandística. Lágrimas y dolor unido al  coraje y abnegación de las ucranianas huyendo de su país en guerra con sus niños, como para las valientes que se han quedado empuñando un arma con el que luchan ante un conflicto armado de proporciones desiguales, pero con tal fuerza que es posible que ignorasen que la poseían; para todas ellas, este 8-M ha sido aciago. Y el Gobierno español en plena división con UP decide enviar armas a Ucrania que el Congreso aplaude excepto alguno/as, destacando dos mujeres ministras que mientras las bombas caen indiscriminadamente en Ucrania, manifiestan su oposición alegando que «la única forma efectiva de parar los pies a Putin es la diplomacia de precisión...» Si la situación no fuera tan trágica parecería un chiste malo. Todos cuantos han intentado disuadir al inquilino del Kremlin han fracasado:  Macron, hasta en trece ocasiones. Pero ustedes tienen la solución. Sería bueno que el presidente Sánchez aprovechara la oportunidad y pusiera a su disposición su Falcon y fueran como embajadoras de paz hasta el mismísimo Kremlin para que con su «diplomacia de precisión», además de ser madres, convencieran a un césar sin honor ni conciencia, que no quería la guerra y él solito se embarca en ella vulnerando la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los peligros que amenazan hoy la paz no pueden ser eliminados mientras haya gobernantes que no teman poner en pie de guerra a millones de ciudadanos. Las consecuencias se ven porque esas grandes fuerzas no fueron trasladadas 'allí' ni para su exhibición, ni en misión conciliadora, sino para matar. STOP WAR.