La última corrida a pie del abono está sobrada de encantos, manteniendo así esa positiva línea de la apuesta de la UTE Circuitos Taurinos-Pueblos del Toreo. Y es que a la merecida segunda tarde de El Juli, con su primorosa temporada pese a algunos inoportunos fallos a espadas, y en una plaza donde comenzó a hacerse un nombre de niño, se suma el regreso de -permítanme la licencia- uno de mis toreros preferidos: Alejandro Talavante. Al que alguno ha querido crucificar en su regreso a los ruedos este año argumentando que no estaba a la altura anterior, pero que hace escasas fechas volvía por sus fueros en Bilbao para acallar al sector más negacionista con todo y todos que presume en redes de afición entendida. Su última comparecencia en Palencia fue en 2016 en la que se fue de vacío.

Y he dejado para el final, pero no menos importante, a Miguel Ángel Perera en una de sus plazas talismán. La misma que le veía en 2006 indultar a Pitito, de Valdefresno, y una década después, en 2016, hacer lo propio con Catedrático, de Montalvo. 

Esta vez la ganadería a lidiar será la  de Torrealta que dada la categoría de la terna puede ofrecer una gran tarde si es que embiste, claro. Que esa es siempre otra historia...