A Juan Pastor Suazo (Palencia, 1948) le gusta la ferretería industrial. Porque es su ámbito profesional, porque es un mundo en permanente cambio que se adapta a cada nueva circunstancia, porque le ha proporcionado numerosas satisfacciones, muchos conocidos y muy buenos amigos, porque lo que empezó en los setenta como una aventura de emprendimiento empresarial se consolidó y le ha dado frutos y porque uno de sus hijos garantiza la continuidad del negocio familiar.
Son algunas de las poderosas razones que esgrime este palentino de nacimiento, de vivencias y de corazón, que vino al mundo en el céntrico Santo San Pedro y que desde los siete años reside en la calle Mayor. En pleno casco histórico, cerca de cuanto ofrece la ciudad y en la vía más transitada y con mayor animación durante todo el año.
Juan Pastor Suazo podría haberse jubilado hace tiempo, pero no quiere cortar de raíz los vínculos con su empresa de ferretería industrial y con sus numerosos clientes, algunos de ellos fieles desde los inicios y unos cuantos reconvertidos en buenos amigos. «Yo madrugo mucho y voy todos los días a la tienda porque allí me entretengo, ayudo en lo que puedo y me gusta atender a los clientes, sobre todo a los que llevan cuarenta años o más conmigo. La verdad es que siempre me ha gustado el trato con la gente», explica.
Reconoce, eso sí, que las de ahora no son las mismas jornadas laborales que en los primeros tiempos, aquellas en las que perdía la noción de las horas de trabajo porque lo que tocaba era sacar adelante el negocio, labrarse un nombre y, sobre todo, hacerse con un espacio propio dentro de su campo profesional. «Al principio vivía para la empresa», afirma.
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