Ruinas tras casi 100 años

Sergio Borja
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Después de casi un siglo de vida, la Cuchillería Palencia de la calle de Barrio y Mier se ve obligada a cambiar de local o cerrar por el estado del edificio en el que se ubica, al igual que la Boutique del Pan Miel, que echa la persiana para siempre

Ruinas tras casi 100 años - Foto: Óscar Navarro

Dos de los establecimientos más queridos de la calle de Barrio y Mier se van a ver obligados a abandonar sus locales ya que el edificio que los alberga ha sido declarado en estado de ruina por el Ayuntamiento. Una situación imprevista porque hace dos años el inmueble pasó sin ningún problema el informe de evaluación técnica y ambiental. 

La Boutique del Pan Miel y la Cuchillería Palencia siguen esperando a que el Ayuntamiento publique el informe sobre estado de ruina del edificio pero su futuro es incierto porque todo parece indicar que la construcción no cuenta con las condiciones óptimas para que nadie habite en él. «Aunque haya estado el arquitecto del Ayuntamiento para revisar el edificio, no tengo ningún informe oficial, solo el de los bomberos», asegura el propietario del número 9 de Barrio y Mier, Jesús Gómez Lesmes.

La Cuchillería Palencia, que antiguamente se llamaba Cuchillería Gumersindo, abrió sus puertas un 15 de enero de 1924 con un propietario distinto al de ahora. «Yo empecé a trabajar aquí cuando tenía 13 años, con el abuelo del antiguo dueño. Cuando este falleció pasó el negocio a su hijo y ahora estoy yo al mando», comenta Francisco Javier Pascual, propietario del establecimiento. Es uno de los negocios más longevos de dicha zona y que se debe a su clientela habitual. «Yo llevo aquí ya 44 años y nunca ha pasado nada. Hace dos años el inmueble pasó el informe de evaluación técnica y ambiental sin problema, y ahora, de repente, me tengo que ir», alega Pascual.

Este artesano del filo explica que recientemente el edificio pasó una revisión por parte de bomberos debido a la caída de unos puntales justo encima de la panadería. Aunque no hubo mayor problema, todo quedó pendiente de una nueva inspección para determinar si habría futuros riesgos que afectaran a la construcción. Y así ha sido, ya que según la concejalía de Urbanismo, no se puede ni debe habitar en él. 

Aunque hace tiempo que ya nadie reside en las viviendas y solo estos dos negocios dan un hálito de vida al inmueble, Jesús Gómez Lesmes reconoce que «si al final se declara la ruina de forma oficial, habría que tirar el edificio entero».

Una noticia que, tras casi cien años abierto, Francisco Javier Pascual recibe con pesimismo. «No sé cuándo tendré que irme. He mirado locales pero no me gustaría marcharme de aquí», asevera. De momento, puede seguir abriendo su negocio ya que al no tratarse de una declaración de ruina inminente, la actividad comercial puede seguir abriendo... por ahora.

Quien sí ha cerrado definitivamente y sin planes para abrir su negocio en otro local es la propietaria de la Boutique del Pan Miel, que el sábado bajó la persiana para no volver a levantarla más. «Todos los clientes habituales me preguntan si se va a caer el edificio y a todos les digo que no tengo ni idea; es una sensación de angustia», expresa Pascual.