Editorial

Ciudades amables para el peatón y cercanas a la sostenibilidad

Diario Palentino
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Las medidas del Plan de Movilidad Urbana Sostenible no son ni fáciles ni baratas

No es una tarea sencilla de acometer; tampoco está exenta de polémica cuando no de quejas airadas y protestas bien visibles y, por supuesto, no sale barato llevarla a cabo. Sin embargo, Palencia tiene que acabar siendo una ciudad en la que prime la movilidad sostenible. Por imperativo legal, en cierta medida, pero sobre todo por imperativo moral, en una situación de recursos limitados, de altos costes energéticos, de calentamiento global, de niveles elevados de emisiones contaminantes, y en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las Agendas que marcan las actuaciones de preservación y cuidado del medio ambiente. 

Pero es que, además, si la ciudad quiere recibir los ansiados fondos Next Generation tiene que avenirse a exigencias como la creación de una Zona de Bajas Emisiones o, lo que es lo mismo, un ámbito delimitado con restricciones significativas al tráfico. Llevamos meses hablando de ella y no precisamente porque la inmensa mayoría de sectores profesionales, léase comercio o transporte, entre otros, hayan recibido la idea con los brazos abiertos. Tampoco parece plao de gusto para muchos vecinos, por lo que puede suponer en materia de accesos y aparcamientos, aunque desde el Ayuntamiento insisten en que no se van a limitar esos movimientos ciudadanos más allá de lo que sea obligatorio por ley. 

Este aspecto, que es básico en el nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible que manejan el regidor y su equipo de gobierno de cara a los objetivos a que se hacía referencia, ha generado malestar y ha forzado en cierto sentido su aplazamiento hasta 2023, a instancias de Vox que, como contrapartida permitirá que el presupuesto del próximo año salga adelante. Para otros grupos municipales, como Ganemos, es un error que puede tener consecuencias negativas, en forma de sanciones, para la corporación que salga de las urnas en mayo. No es fácil, desde luego, poner de acuerdo, ni siquiera en unos mínimos, a las partes, pero toca acometer un cambio profundo en el diseño de la trama urbana encaminado a conseguir una ciudad más amable para los peatones y más cercana a la sostenibilidad medioambiental. En la actualidad, cuatro de cada diez desplazamientos contabilizados en Palencia se hacen en vehículos privados, con la carga de gasto energético y de contaminación que conlleva. El objetivo inmediato es reducirlo, propiciando que se han a pie o en transporte público.

 Hay otras propuestas en el Plan de Movilidad, pero ninguna es sencilla de poner en marcha. Exigen obras, delimitaciones concretas y lo más exactas posibles, búsqueda de la compatibilidad de intereses y dinero, mucho dinero, hasta 13,5 millones en esta década.