Algunas de sus integrantes llevan más de veinte años en el oficio, pero la Asociación de Guías de Turismo de Palencia se constituyó de manera oficial en 2020. «La provincia nos necesitaba, era la única de toda la región en la que no existía un colectivo de estas características», explica su presidenta, ChiaraSportoletti. 

La agrupación, que forma parte de la federación autonómica y de la confederación española, está integrada por diez guías habilitadas por la Junta de Castilla y León. Nació con el objetivo de divulgar el patrimonio de la capital y de la provincia, pero también para reivindicar la profesión. «La habilitación es una forma de proteger al visitante y de ofrecerle servicios profesionales basados en explicaciones con contenidos fruto de la preparación», señala Sportoletti. 

A juicio de la asociación, esta es la única forma de elaborar una oferta turística de calidad y, al mismo tiempo, de proteger a los propios guías. En este sentido, las profesionales asociadas al colectivo palentino consideran que «trabajar de forma colaborativa refuerza la labor de cada una, pero también al sector».

De hecho, todas ellas han aprovechado este año marcado por la pandemia que tanto les ha afectado para desarrollar nuevas ideas adaptadas a la situación y para participar en diferentes cursos y webinars. La asociación también intenta estar presente en los organismos supranacionales para defender sus intereses. 

Finalmente, las guías aseguran que, con ellas, el patrimonio palentino está «en buenas manos» y que en la provincia, no solo hay monumentos, sino  también una interesante idiosincrasia, buena gastronomía y hasta una forma de hablar propia que hay que proteger y dar a conocer con propuestas originales y profesionales.

15.000 guías habilitados a nivel nacional y casi 400 en Castilla y León

En España, unas 15.000 personas están habilitadas como guías de turismo. En la región hay registradas cerca de 800, aunque en activo, actualmente, se encuentran 385. Todas ellas constituyen un importante eslabón en el sector turístico. La regulación varía en función de la comunidad autónoma. En el caso de Castilla y León, la acreditación depende de un exigente examen en el que se evalúan conocimientos técnicos y la formación de los aspirantes en materias como geografía, historia o tradiciones. También se pide un nivel B2 en dos idiomas extranjeros. A la prueba pueden presentarse titulados en ciclos formativos de grado superior o en carreras universitarias. Además, los guías acerditados para trabajar en Castilla y León pueden especializarse en arte sacro, enoturismo, arquitectura civil o micología mediante la realización de diferentes cursos.