Editorial

La renovación puede mejorar la vida de 13.000 palentinos

Diario Palentino
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Hay zonas deterioradas, desaprovechadas o descontextualizadas en seis de los barrios que aborda y conviene mejorarlas. Para que los vecinos se sientan más cómodos, para que ganen en atractivo respecto a los negocios de proximidad y sean saludables

Los primeros interesados en la rehabilitación, regeneración y renovación de la trama urbana de Palencia, conforme a los parámetros de la sostenibilidad, la accesibilidad, el respeto al medio ambiente, el ahorro energético y el desarrollo del comercio de proximidad, deberían ser los propios vecinos, al menos los afectados directamente por las propuestas que en los próximos años quiere acometer el Ayuntamiento conforme al plan especial de reforma interior y a las pautas marcadas por los técnicos que han estudiado a fondo la situación presente y la proyección de futuro. No quiere decir esto que hayan de estar conformes con todas y cada una de las actuaciones previstas o que no exista posibilidad de modificarlas en algún sentido. Aún así, y con todos los matices que se les quiera hacer, son a priori soluciones lógicas. Palencia es una ciudad, como otras del interior peninsular, envejecida y que sufre desde hace bastantes años una pérdida constante de población. Además sus características son las derivadas de la prestación de servicios y de la actividad comercial, aunque por desgracia a esta última le está costando mucho superar con éxito la crisis económica que ha traído la pandemia del coronavirus, sin haber terminado de pagar las consecuencias de la debacle económica de 2008.

 Necesita una renovación en distintos frentes, que pasará conforme al citado plan por reordenar un buen número de calles, modificar su carácter y trazado, reconvertir espacios en nuevas zonas verdes, mejorar la habitabilidad de los lugares comunes de paso, ocio y relación, pero también la de los edificios residenciales y la de las dotaciones sociales, hacer más transitables y accesibles determinas áreas poniendo el énfasis en el peatón, en detrimento de los vehículos a motor.

Habrá quien critique la propuesta de reducir el número de aparcamientos en algunos barrios y quien, por el contrario, estime insuficiente el número a suprimir, como habrá quien critique el plan y lo califique de papel mojado por irrealizable y quien exija cambios más drásticos y ambiciosos. A buen seguro, ni unos ni otros se llevarán el gato al agua porque, visto en detalle, como lo ha ido haciendo este rotativo a lo largo de los últimos meses, ni es escaso de miras ni contempla soluciones descabelladas. Es, más bien, la constatación de que hay zonas especialmente deterioradas, desaprovechadas o descontextualizadas en seis de los barrios que aborda y que conviene cambiarlas a mejor. Para que los vecinos se sientan más cómodos, para que ganen en atractivo respecto a los negocios de proximidad, para que sean saludables para el paseo y la estancia y para que favorezcan la convivencia social. Todo es mejorable, naturalmente, pero por algo hay que empezar.