A 4 horas y media del paraíso

A. Benito
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Ana Castro y David Pereiro, una pareja de gallegos amantes de la naturaleza y la observación de la fauna, han encontrado en la Montaña Palentina un lugar donde disfrutar de su afición. Se declaran «fans» de la zona

A 4 horas y media del paraíso

Ana Castro y David Pereiro son de Lugo, pero actualmente residen en A Coruña. Cuatro horas y media separan la ciudad gallega de un lugar al que ellos mismos se refieren como «el paraíso». La primera vez que visitaron la Montaña Palentina fue hace diez años. Ambos son grandes aficionados a la observación de fauna y el senderismo, por lo que en compañía de unos amigos de Torrelavega (Cantabria) y atraídos por la berrea, recalaron en Otero de Guardo.


«Cuando piensas en la provincia de Palencia lo que se te viene a la cabeza es la Tierra de Campos, no una zona de montaña. Hasta que no lo ves, no te lo crees, es alucinante», comentan ambos. Aunque quedaron impresionados con lo que vieron, su contacto con la zona se mantuvo en standby hasta unos años después. «Antes vivíamos en Madrid, nos pillaba más cerca, así que íbamos a la Montaña Palentina prácticamente cada mes o mes y medio», continúan. Ahora están un poco más lejos, pero siguen yendo con frecuencia. «Son cuatro horas y media de coche, pero compensa», aseguran.


Y es que en la zona norte de la provincia han encontrado un lugar donde disfrutar de la naturaleza y de los animales. «Excepto águila imperial y lince, todo lo demás existe en la Montaña Palentina», recalcan a la vez que destacan otros valores de la zona como el románico, los bosques o su gastronomía. También la tranquilidad y el hecho de que sea un lugar poco masificado hace que la comarca norteña se haya convertido en uno de sus sitios preferidos. «Nos encanta viajar, conocemos muchos lugares, pero seguimos siendo fans absolutos del norte de Palencia», aseguran.

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Por eso, cuando este año tuvieron que elegir destino para pasar las vacaciones, Ana Castro y David Pereiro lo tuvieron muy claro. «Nos hemos pasado todo el mes de agosto en la Montaña Palentina», indican los jóvenes, que también han aprovechado el pasado puente del Pilar para acercarse hasta la que podría decirse que es ya su segunda casa. 


«En todo este tiempo hemos ido descubriendo paisajes brutales y, de la mano de empresas como Gea Forestal, hemos podido acceder a lugares a los que sería casi imposible llegar de otra forma», expresan. Precisamente, esta es la empresa que les ha abierto las puertas de La Pernía. «La parte oeste del Parque la tenemos muy pateada, nos queda por conocer mejor la zona oriental», indican estos amantes de la naturaleza que conocen casi como la palma de su mano la comarca palentina y muchos de los pueblos que la integran.


En cuanto al aumento del turismo en los últimos años, la pareja reconoce que hay sitios con más afluencia como la cascada de Mazobre, pero sigue habiendo rincones muy poco masificados en los que disfrutar de un paseo en soledad. «Este verano hemos hecho el Espigüete y nos hemos encontrado con seis personas en la cima», manifiestan al tiempo que subrayan la «ilusión» que les hizo ver desde arriba lugares que conocían tan bien desde abajo. Asimismo, Ana y David, que proceden de una zona de gran frondosidad donde abundan las zarzas y los helechos, lo que dificulta el disfrute del monte, ensalzan la «accesibilidad» de la Montaña Palentina y el buen estado en el que se encuentran muchas de las pistas y caminos que permiten adentrarse en ella.


Como buenos enamorados de la zona, los visitantes gallegos son también grandes embajadores de la zona norte de la provincia. «Hemos llevado a gente de todas partes, incluso a una amiga de Barcelona que es guía en África y nunca había visto un venado. También a personas de Madrid e incluso de Venta de Baños. Todos se acaban enganchando a la Montaña Palentina», explican los jóvenes, que este verano han visto un mayor número de personas que han cambiado la playa por la montaña. «Como madrugamos mucho, se nos suelen cruzar muchos animales en la carretera. Este año hemos visto cómo desde mediados de mes esto ha sido menos habitual y es porque la fauna nota la presencia de la gente», señalan.


CONSERVACIÓN. Ana y David también han visto la parte negativa de ese incremento del turismo, que no es otra que la falta de respeto hacia la naturaleza de algunas personas. Por eso entienden que haya zonas del país donde han optado por regular el acceso a ciertas reservas naturales. «Si el día de mañana hay que limitar la entrada a ciertos lugares de la Montaña Palentina por motivos de conservación, lo veremos muy bien», afirman.


Finalmente, la pareja se refiere al carácter de la gente de montaña como otro de los atractivos de la zona. «Somos del norte y nos encanta la forma de ser de los vecinos de la zona. No hay falsedad y, aunque cueste un poco más lograr la conexión, sabemos que los amigos que vamos haciendo son para siempre», concluyen.