El pequeño comercio pierde el 40% de sus ventas

Ana Lucas
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A pesar de ser una época de descuentos y mayor consumo, las tiendas locales sufren las consecuencias del coronavirus

El pequeño comercio pierde el 40% de sus ventas - Foto: Juan Mellado

Los comercios han sufrido una caída considerable de las ventas durante las rebajas de verano a causa de la crisis sanitaria de la Covid-19. Aunque no se puede hablar de cifras exactas, el bajón respecto a años anteriores está entre el 20% y el 40%, según los negocios consultados por este periódico. Un descenso que no es mayor, porque Palencia no es una ciudad costera y, por lo tanto, su comercio no depende del turismo.

Las rebajas comenzaron un mes después de la reapertura de las tiendas después de tres meses de inactividad por el confinamiento. El primer inconveniente que encontraron a finales de mayo, fue el miedo de la ciudadanía y la tristeza en la calle, de ahí las pocas ventas realizadas durante esas dos primeras semanas.

Las rebajas comenzaron con descuentos y promociones, un esfuerzo que ponen de relieve Palencia Abierta y la Federación de Comerciantes de Palencia (Fecopa), ya que «el pequeño comercio no puede permitirse estrategias de venta tan agresivas como las grandes superficies». 

 Durante este tiempo los comerciantes han intentado paliar el descenso de ventas a la vez que han lidiado con las dificultades de adaptarse a la nueva normalidad. «Ahora mismo, la seguridad es primordial, y se ha conseguido que los clientes ya no tengan miedo de ir de rebajas», asegura, María José López, presidenta de Palencia Abierta. 

El esfuerzo del sector ha logrado que los establecimientos respetan todas las recomendaciones, «lo cual es un motivo para estar orgullosos», añade.  Esto ha hecho que la situación se haya ido normalizando con el paso de las semanas. Los propietarios de las tiendas consultadas por DP destacan que la respuesta de los clientes «cada vez es mayor y mejor». «Se les ve más receptivos», comenta Mercedes Blanco, una de las dueñas de Luchértola. 

 «Ahora no noto tanto miedo»,  cuenta Rosa de Brito, una de las propietarias de Tris. Desde Palencia Abierta se asegura que «el comportamiento de la gente dentro de los comercios es impecable», aunque, siempre hay excepciones. «Algunos clientes a veces se comportan de forma irresponsable», llama la atención De Brito.

NUEVA NORMALIDAD. La crisis del coronavirus ha hecho también que algunos comercios hayan tenido que adaptarse a la nueva normalidad, e, incluso, cambiar el estilo de las tiendas para poder satisfacer las necesidades de sus clientes. 

«Nosotras vivimos de los eventos, así que no hemos hecho nuestra temporada habitual. Hemos tenido que cambiar el estilo de la tienda e incluir ropa que se pueda utilizar en el día a día, mientras que hemos reducido los vestidos dados  los pocos eventos que se celebran», comenta Andrea Rusan, propietaria de la tienda La Vie en Rose. 

En su caso, Rusan cuenta con dos establecimiento, uno de ropa y otro de calzado, y los dos se han comportado de forma distinta.«Los zapatos son menos de vestir y más para salir cada día, entonces la demanda se ha mantenido en lo habitual», añade la dueña.

MIEDO EN EL SECTOR. La preocupación actual del sector es que vuelva a declararse el estado de alarma y se vean obligados a cerrar de nuevo. «Seremos más vulnerables si nos vuelven a confinar. De todas formas, veremos en septiembre y octubre cuántos quedamos abiertos. Y me incluyo porque es importante tener la moral alta, si no la situación es imposible», asegura Luis Fernando Tejerina, presidente Fecopa. 

A los problemas derivados del confinamiento, se ha sumado uno ya habitual: la liberalización de los períodos de rebajas. Desde que no existe un plazo común, cada comercio se adapta a sus necesidades. Esto hizo temer a los comerciantes de la ciudad un inicio de rebajas muy agresivo que provocase una caída en sus ingresos. 

«Queremos que las rebajas vuelvan a estar reguladas, ya que supondría mayor seguridad para los comerciantes y para nuestros clientes», asegura López, en una reivindicación que ya es costumbre en el sector.

Para combatir la incertidumbre e incentivar las compras, estos meses también se han puesto en macha algunas campañas de concienciación para fomentar el comercio local. Una de las que está en marcha, está organizada por Palencia Abierta y se llama el Mes de la Familia.

«Como no pudimos celebrar ni el Día del Padre ni el de la Madre, y el 26 de julio fue el Día de los Abuelos, decidimos hacer el Mes de la Familia, y sorteamos 1.500 euros en vales de 100 euros para gastar en nuestros establecimientos», comenta la presidenta.

Las asociaciones y comerciantes locales denuncian lo poco que las administraciones han respaldado a sus negocios estos meses y las pocas ayudas de las que han sido beneficiarios para suplir la inactividad. Las únicas ayudas que han recibido los propietarios de los establecimientos, explican, han sido los Ertes para las tiendas con empleados contratados y los préstamos ICO para los autónomos concedidos por el Gobierno, pero que tendrán que ser devueltos en un plazo de entre uno y cuatro años. «Hay comerciantes que estamos a la espera de una ayuda del Ayuntamiento, pero nadie nos ha dicho nada», cuenta Nuria Medrano, propietaria de Pasodoble.

Además, consideran que las grandes superficies acceden a más subvenciones que el pequeño comercio. «A veces no solo solo necesitamos ayudas económicas, sino también para concienciar a la gente de la importancia de comprar en el pequeño comercio», asevera el presidente de Fecopa.