Aragonés defiende que la mesa llevará a la independencia

Agencias
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El president insta a sus socios a «aparcar tacticismos» y sumarse a la «estrategia ganadora» de la negociación, una vía con la que aspira a cumplir su compromiso de romper con España

El líder de la Generalitat (i), acompañado por el vicepresident y conseller de Políticas Digitgales, Jordi Puignerò. - Foto: Andreu Dalmau

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, está convencido de que el diálogo iniciado con Moncloa es la única solución para el conflicto catalán. Una mesa de negociación que, en si misma, solo tiene sentido si se entiende como la vía para alcanzar la indepenedencia. Por eso, el dirigente de ERC llama al secesionismo a «aparcar tacticismos políticos y subirse a este tren», una oportunidad que considera «histórica» para culminar la ruptura con España. 

«El tren de la negociación con el Estado está a punto de arrancar de verdad. Hace pocos días que retomamos el proceso y ahora toca profundizar en él. Trabajamos la metodología y ara toca comenzar ya la negociación», afirmó en su discurso en el Debate de Política General en el Parlament.

Para Aragonès, este «es el momento de acumular fuerzas y de reforzar desde dentro y desde fuera, la mesa de negociación, los posicionamientos de la delegación del Govern, de la delegación de Cataluña». Y es que, reiteró, la mesa de diálogo es una oportunidad histórica, pues «solo hay una estrategia ganadora para conseguir (la independencia), que es sentar al Estado español y explorar la vía de la negociación». Eso sí, el president advirtió que paralelamente deben seguir trabajando para ampliar la base social que respalde la ruptura.

El president considera que la única manera de alcanzar la independencia de Cataluña es el reconocimiento internacional, por lo que ve necesario el diálogo con el Gobierno central, y mantuvo que no son ingenuos y saben de la dificultad de llegar a un acuerdo satisfactorio con el Ejecutivo, así que pidió altura de miras a los dirigentes independentistas que ponen en duda esta estrategia. 

«Pido levantar la mirada y entender que la situación es compleja, muy compleja, y la estrategia a seguir también. No hay atajos ni soluciones mágicas», alertó, dos semanas después de que Junts decidiera designar a miembros externos del Govern para representar a su formación en la mesa de diálogo, lo que provocó que el propio Aragonès les apartara de ella.

Pese a la ausencia de los de Puigdemont en ese espacio, el presidente subrayó que «la delegación catalana representada en la mesa representa a toda la sociedad y lleva los grandes consensos de país», y recordó que el acuerdo con el Ejecutivo es que el resultado de la negociación sea sometido finalmente a un referéndum.

Aragonès también lanzó un mensaje a los que piden renunciar al diálogo cuando los poderes judiciales actúan contra los impulsores del 1-O, ya que cree que el hecho de que el Estado no sea «capaz de controlar a sus aparatos y continúe la persecución contra el movimiento independentista», da más razones ante la comunidad internacional, tanto en términos judiciales como en reputacionales para el Estado, según su criterio.

Tras insistir en la dificultad que entraña esta negociación, insistió en avisar a sus socios de que todo lo que se haga desde la delegación catalana «debería estar pensado para fortalecer su posición, porque lo contrario es debilitar a Cataluña en una de las situaciones más complejas que tiene que afrontar».

«Nadie debería contribuir a debilitar a Cataluña con sus acciones, consciente o inconscientemente», clamó, y pidió no menospreciar lo conseguido en un espacio en el que el Gobierno se aviene a abordar el conflicto y reconoce a Cataluña como sujeto político, según él.

Aragonès vaticinó que el proceso de negociación recibirá ataques por todos lados para que descarrile, y señaló a «la extrema derecha, al deep state español, a sectores del PSOE y a algunos sectores políticos en Cataluña».

En este punto, el jefe del Govern recuperó una idea en la que insistió durante todo su discurso -que el partido que ahora lleva las riendas del Govern es ERC y no Junts, pero que el objetivo del Ejecutivo catalán sigue siendo la independencia--: «El peso de los partidos ha cambiado, el país ha virado, es cierto, pero el objetivo se mantiene».

 

Puigdemont

Mientras, el expresident Carles Puigdemont, detenido en Italia el pasado jueves y puesto en libertad al día siguiente, cree que su arresto muestra «falta de inteligencia política y emocional» y considera que ha sido «un boomerang» que se ha vuelto contra España. «No se si ha sido una casualidad y no puedo decirlo, pero los servicios secretos españoles tenían que saber que había un evento muy importante con la presencia de muchos catalanes» y si se «planeó de todos modos esta operación, se ha demostrado una falta de inteligencia política», desveló en el diario Nueva Cerdeña.

Preguntado por su decisión de salir de España, consideró que «no se puede enfrentar la batalla desde la cárcel en España». «Dentro del país no se puede combatir. Yo decidí ir al exilio porque quería continuar la lucha, no para vivir sin problemas. En estos cuatro años he trabajado intensamente y he estado hasta dos veces en la cárcel (...) el exilio es una forma de lucha política», sentenció.