Dentro de las lecturas desenfadadas de verano, el pasado fin de semana me dio por buscar en los hitos gastronómicos que figuran en el Libro Guinness de los Récords, justo después de leer las informaciones de las tapas oficiales en la Feria de San Antolín, que están a punto de comenzar, y del concurso Palencia Brava por el que el bueno de Javi Sanse tanto está trabajando.
Curiosas y ocurridas en España, por ejemplo, son la del mayor plato de jamón cortado a cuchillo, en Torrijos (Toledo), con más de 200 cortadores de jamón y más de 210 jamones, que dio resultado a un plato con más de 500 kilogramos de jamón; también la barra de tapas más grande del mundo, en Sevilla, de más de 600 metros, en la que unos 300 hosteleros hispalenses ofrecieron 45.000 tapas. En nuestra Comunidad, en la plaza de la Catedral de León, y en una disposición que ocupó unos 80m2, 283 kilos de cecina fueron cortados a cuchillo por 67 profesionales y repartidos a un precio simbólico, resultando unas 2.000 raciones.
Así que me da por pensar, porque estas iniciativas curiosas y simpáticas siempre tienen su hueco en los informativos, y son una forma de promoción gastronómica y turística. ¿Qué se podría hacer en Palencia? 
Pienso en nuestros productos, y en una gran menestra, o hacer algo con pimientos de Torquemada, morcilla de Villada, o quizás (¿qué te parece, Javi?), el plato más grande de patatas bravas, y me imagino lugares como el Salón de nuestra capital lleno de trabajadores, voluntarios y curiosos pasando un buen día en un acontecimiento de este tipo, con muchas cámaras, prensa y comunicadores cubriendo el acto.
Porque sin duda la gastronomía tiene tirón y es noticia, y las iniciativas simpáticas son foco de atracción y comunicación.