De convivencia a bienestar

P. Velasco
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Colegios e IES de Castilla y León ya cuentan desde 2017 con la figura del coordinador para prevenir los casos de acoso escolar, una figura que será obligatoria a partir de septiembre a nivel nacional

Imagen de una comida de convivencia en un centro escolar de la provincia de Soria. - Foto: Eugenio Gutiérrez

Todos los centros educativos de España deben arrancar el próximo curso son la figura del coordinador de bienestar y protección, que escuchará a los menores y alertará de cualquier situación de acoso o violencia. Una nueva figura aprobada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 para luchar contra el acoso pero que en el caso de Castilla y León ya existe desde 2017 y prácticamente el cien por cien de colegios e institutos ya tienen implantada, como reconocieron fuentes de la Consejería de Educación. El único cambio real que se producirá es que en lugar de convivencia –como se denominaba hasta ahora–, pasará a llamarse coordinador de bienestar.

Castilla y León creó en el año 2017 la figura de coordinador de convivencia, dentro del plan puesto en marcha para luchar contra el acoso escolar, que se fue ampliando a todos los centros educativos hasta la actualidad donde está presente en prácticamente todos. Esta figura corresponde a un profesor del centro, preferentemente, con destino definitivo y que suele disponer de conocimientos, experiencia o formación en el fomento de la convivencia y en la prevención e intervención en los conflictos escolares. Además, sus funciones pasan principalmente por aplicar las medidas impuestas en el plan de convivencia que suele aprobar cada centro. 

Esta figura es totalmente compatible con la nueva de coordinador de bienestar aprobada por el Ministerio y las comunidades autónomas, y cuya presencia será ineludible en los centros escolares con el objetivo de prevenir el bullying o el acoso escolar. La norma nacional incluye que todos los centros, sean públicos, concertados o privados, deben disponer de este perfil, algo que ya se cumple en el caso de nuestra autonomía.

El objetivo establecido por el Ministerio recoge que la figura debe ser «referente» de todas las acciones que se ejecuten en torno a prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia. Unos retos que ya se incluían en los planes de convivencia y sus coordinadores en los centros, por lo que la Consejería simplemente modificará el nombre de esta figura para poder cumplir con la normativa. Sus competencias son similares: proponer medidas e iniciativas que favorezcan la convivencia; velar por el correcto ejercicio de derechos y deberes; conocer los conflictos y su resolución; impulsar el plan; imponer medidas de corrección; y coordinar y dirigir actividades de la planificación, entre otras.

Sanciones

«Desde hace dos o tres años contamos con la figura de coordinador de convivencia, que lo suele ejercer un profesor, que se encarga principalmente de revisar los expedientes sancionadores, analizar con los alumnos los problemas y valorar las sanciones, además de principalmente proponer actividades a nivel de centro para mejorar la convivencia», explica Carolina Jiménez, miembro de la comisión de bienestar y jefa de estudios del colegio María Montessori de Renedo de Esgueva (Valladolid).

Jiménez detalla que las actividades pasan por acciones tanto con personas externas como el plan director que se realiza con la colaboración de la Guardia Civil o medidas de convivencia en el centro como conciertos o una paellada. «Está todo muy regulado y la nueva figura vendrá a retocar solo algo de lo que ya se está haciendo», afirma Jiménez, que destaca que habitualmente la convivencia es «muy buena» en los colegios de Primaria, más allá de casos puntuales de insultos o algunas peleas.

Funciones del coordinador de bienestar

Formación. Promover planes de formación sobre prevención, detección precoz y protección de los menores, dirigidos tanto al personal como al alumnado, para detectar y responder a situaciones de violencia. También, en coordinación con el ampa, se ofrecerá la formación. 

Posibles casos. Coordinar los casos en los que se tenga que intervenir por parte de los servicios sociales, informando incluso a las autoridades si es necesario.

Buen trato. Promover medidas que aseguren el máximo bienestar para los niños, niñas y adolescentes, así como la cultura del buen trato a los mismos.

Protocolos. Informar al personal del centro sobre los protocolos en materia de prevención y protección de cualquier forma de violencia existentes en su localidad o comunidad.

Alumnos con discapacidad. Fomentar el respeto a los alumnos y alumnas con discapacidad o cualquier otra circunstancia de especial vulnerabilidad o diversidad que se detecte en el centro.

Comunicación. Promover, en aquellas situaciones que supongan un riesgo para los menores o que puedan implicar un tratamiento ilícito de datos personales la comunicación inmediata por parte del centro educativo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Alimentación. Fomentar que en el centro educativo se lleva a cabo una alimentación saludable y nutritiva.

Operativos. El acuerdo entre comunidades y Ministerio establece que estará operativo en septiembre.