El azufre aumenta la producción de los cultivos hasta en un 20%

C.V.G./ ICAL
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El 'Itagra' demuestra que su uso también reduce el uso de fertilizantes en un 40%

Tras cuatro años de investigación por parte de técnicos del Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario (Itagra), la práctica y la experimentación han confirmado la teoría de que el azufre corrige el PH del suelo para rebajarlo y lograr una mejor asimilación de diferentes oligoelementos por parte de los cultivos. Esta mejora en la asimilación de las plantas de elementos como nitrógeno, fósforo, calcio o magnesio conlleva un incremento de la producción que oscila entre un 5 y un 20%.

Manuel Calvo, responsable de la Unidad de Agronomía de este centro de investigación ubicado en pleno Campus universitario de Palencia, añade que el azufre no solo incrementa la producción, sino que su aplicación en la agricultura también conllevaría un abaratamiento en los costes ya que se supondría una reducción de abonos y fertilizantes de entre un 20 y un 40%.

Esfer. Valorización y conversión de azufre elemental en fertilizante de alto rendimiento es el nombre que recibe este proyecto en el que está inmerso el Itagra desde hace cuatro años contratado por la compañía Repsol, que de esta manera trata de buscar un uso a un residuo para el que no tiene salida. Calvo puntualiza que el uso de azufre en agricultura no sería como fertilizante sino como una enmienda, ya que con su distribución en los campos de cultivo cada cuatro o cinco años sería suficiente para lograr los efectos deseados y rebajar el uso de abonos.

Aunque el proyecto arrancó con financiación de los fondos del programa Feder-Interconecta, en estos momentos es la multinacional energética y petroquímica española la que asume todos los costes. Las primeras pruebas para buscar un uso agrícola al azufre comenzaron hace varios años en el centro tecnológico de la compañía en Móstoles (Madrid) para después pasar el proyecto al Itagra. Diferentes ensayos en invernaderos y en el campo con varios formatos y distintos cultivos llevados a cabo por el Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario ya han arrojado resultados más que satisfactorios.

Calvo explica que de los tres formatos posibles con los que se está ensayando, polvo, prill (tamaño lenteja) y bentonita (tipo arcilla), el primero tiene un efecto muy rápido al reducir de forma inmediata el PH del suelo pero también muy corto en el tiempo. El polvo, además, tiene la dificultad añadida, la de su distribución, al provocar una nube tóxica.

Los formatos más interesantes, añade, son prill y bentonita con efectos sobre el suelo a más largo plazo que pueden alcanzar hasta los cinco años. Su distribución es también más sencilla y tras pruebas con diferente maquinaria facilitada por varias empresas con presencia en Palencia ya se ha comprobado que el azufre en estos formatos puede ser repartido en el campo con los mismos equipos que los que se utilizan para los abonos y fertilizantes.

En cuanto a los cultivos, los trabajos se iniciaron con trigo en invernadero en una finca particular de Autillo de Campos de un agricultor colaborador. El azufre se distribuyó en 2012 y luego se sembró con el cereal. Se comprobó cómo se disgregaban las partículas y se tomaron muestras de biomasa y del grano cosechado para someterlos a análisis químicios. Se llevó también al laboratorio la harinera resultante y se estudió el suelo tanto al inicio del ensayo como durante y al finalizar. Posteriormente, se procedió a realizar las mismas pruebas en el campo al aire libre donde se constató la incidencia de la climatología sobre los efectos del azufre, especialmente el grado de humedad.

El Centro de Formación Agraria Viñalta, propiedad de la Junta de Castilla y León, es otro de los puntos de ensayo en campos demostrativos de este proyecto donde se están llevado a cabo investigaciones con alfalfa en cada uno de los formatos, en trigo y en los años sucesivos se empezará a trabajar con colza y cebada.

Manuel Calvo afirma que el principal condicionante para la eficacia del azufre es el agua puesto que su incidencia en la producción varía dependiendo del grado de humedad aplicado en cada campaña. «El factor limitante es el agua», afirma, por lo que se han llevado a cabo ensayos con diferentes dosis de agua hasta provocar estrés hídrico en la planta y conocer así las incidencias en la producción final, la calidad del cultivo, la asimilación de elementos y disponibilidad de nutrientresen el suelo.

No obstante, asegura que su aplicación supone una mejoría en la asimilación de los oligoelementos de la planta y que abarataría los costes por abonos y fertilizantes que suponen una parte importante del desembolso que tienen que hacer los agricultores.

Aunque no se ha llevado a cabo ningún ensayo, el responsable del Itagra afirma que con toda seguridad el incremento en la producción será mayor en cultivos hortofrutícolas como el tomate. También confía en los resultados que tendría su aplicación en la vid por lo que también junto a Repsol y otros organismos han presentado un proyecto al programa Retos Investigación del Ministerio de Economía y Competitividad que no ha sido en la última convocatoria aprobado. Explica que los viñedos sufren clorisis férrica porque no hay una buena absorción del hierro que se podría favorecer a través de los cambios iónicos que produce el azufre en el suelo y lograr así una mayor calidad en la vendimia.