La caída de cascotes obliga a precintar la alcoholera

Carlos H. Sanz
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Los bomberos intervinieron tras detectarse el desprendimiento de material de la cubierta y una de las fachadas. Han asegurado el inmueble e informado al área de Urbanismo

La caída de cascotes obliga a precintar la alcoholera - Foto: Sara Muniosguren

El Ayuntamiento ha precintado el edificio de la antigua alcoholera después de que se haya producido el desprendimiento de elementos de la cubierta y la fachada sur, lo que ha obligado a los bomberos a intervenir para sanear estas partes del inmueble después de que un vecino avisara al 112 del peligro.

Este es el motivo por el que la alcoholera luce con un precinto de Policía Local que impide acercarse a sus inmediaciones hasta que el área de Urbanismo determine el alcance del desperfecto y, si es necesario, su arreglo. 

El estado de conservación de la antigua alcoholera no es el mejor. Hace tiempo que la cubierta amenaza con venirse abajo y son varias las ocasiones en las que la asociación de vecinos de Pan y Guinda ha advertido de su deteriorado estado. «No me extraña que haya pasado con las lluvias de la última semanas. El Ayuntamiento tiene que impulsar ya un proyecto para este espacio porque si no se va a venir abajo», comenta la presidenta del barrio, Mayte Rodríguez.

El Ayuntamiento sabe a ciencia cierta que el edificio de la alcoholera es de propiedad municipal desde diciembre del año pasado. Fue entonces cuando la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León desestimó el recurso presentado por Ecologistas en Acción para que se declarase la nulidad de pleno derecho del acuerdo del 17 de enero de 2019 del pleno del Ayuntamiento por el que se aprobó definitivamente la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Palencia en el barrio de Pan y Guindas para adquirir la alcoholera.

Esta decisión judicial desencalló la reordenación urbanística del barrio y, con ello, se dejó vía libre para la incorporación del edificio de la alcoholera al patrimonio municipal. 

Un largo camino. La primera vez que quedó registrada en prensa la petición del barrio de Pan y Guindas para convertir la antigua alcoholera en un centro cívico y cultural fue en 1978. Durante años se planteó la compra del edificio, una vía que al final fue un callejón sin salida por las cargas del inmueble. Durante el mandato pasado, la entonces concejala de Urbanismo, María Álvarez, pergeñó como solución la modificación del Plan General de Ordenación Urbana consistente en lo que se denomina técnicamente como «transferencia de aprovechamientos urbanísticos». 

La Concejalía vio qué edificabilidad tenía el edificio de la alcoholera y otro solar residencial que hay detrás propiedad de la misma empresa en concurso de acreedores, y se trasladó a otra zona del barrio. 

El solar que recibirá el hasta ahora propietario de la alcoholera es el que siempre se pensó para el centro de salud, ubicado junto a la avenida de Brasilia, pero que en realidad siempre estuvo calificado como residencial y no como equipamiento sanitario. Por ese motivo, el Ayuntamiento se vio obligado a buscar un nuevo solar para recalificarlo como equipamiento sanitario, y optó por una zona central del barrio que estaba calificada como espacio libre de uso público, en la calle Padilla, entre el edificio de 11 plantas que destaca en esta parte de Pan y Guindas y la zona infantil.

Toda esta operación urbanística se plasmó en un proyecto de regeneración del barrio elaborado por los arquitectos José Antonio Villahoz y Francisco Javier Doyague, y que recibió el visto bueno del Consejo Consultivo y del pleno del Ayuntamiento en enero hará tres años. Y es que el recurso de Ecologistas en Acción detuvo todo el proceso.